“Todos tenemos un millón de cosas que aprender”, dice la canción ‘Lo mío no es normal’, de Air Magno, que acompaña el conmovedor video que la familia Vergara compartió para anunciar la recuperación de Santino y que muestra la despedida que le dieron en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona.
Primero, los médicos y enfermeras de la sala oncológica de pediatría lo visitaron en la habitación donde recibió la última inmunoterapia, le llevaron una torta. Siguió un juego con globos y, como broche de oro, lo más esperado: todas las enfermeras formando un pasillo para que Santi Vergara llegara hasta el final para hacer sonar la campana. Con ese emotivo gesto contaron al mundo que luego de dos años de tratamiento, a sus 7 años, venció al cáncer.
En total, fueron “24 ciclos y muchísimas visitas al hospital”, contó la familia. “Llegamos al final de este tratamiento… Y fue tan grandioso este día, tan lleno de amor, de personas hermosas que hemos ido conociendo y nos han cuidado durante este tiempo. Nos recibieron sus amigas las enfermeras y doctores, con globos y carteles. Durante la mañana nos visitaron un montón de amigos que estaban tan felices como nosotros y juntos compartimos una torta para festejar”, cuentan.
“¡Este milagro es de todos! Es de todas las personas que lo hicieron posible, así que quien colaboró con un peso, con diez, con lo que pudo, para que Santino llegara a España a hacerse el tratamiento es parte de este milagro y puede sentirse parte de él. Yo sé que hoy están felices como nosotros”, asegura emocionada Cecila Farina, la mamá.
A los 5 años, el pequeño fue diagnosticado de neuroblastoma estadio 4, una enfermedad por la que se forman células cancerosas en el tejido nervioso inmaduro de las glándulas suprarrenales. En él fue un tumor de 11 cm x 11 cm muy agresivo. En busca de una cura, sus padres lo llevaron a Barcelona, donde comenzó su tratamiento y recuperación.
Ahora, restan dos semanas más de controles en Barcelona y luego, controles trimestrales en los Estados Unidos porque debido al tipo de enfermedad los tumores se pueden volver a generar.
“Esa tocada de campana significó que Santino terminó el tratamiento de inmunoterapia. Fue un tratamiento muy largo porque le llevó dos años entrar en remisión, por un punto que tenia en el hombro, que fue el que derivó en este tratamiento. Cuando ya se confirmó la remisión tuvo que hacer cinco sesiones más sin la enfermedad. Esas campanas dijeron que cerró ese ciclo. Estamos felices y lo festejamos al máximo. Aún le quedan dos semanas de radioterapia en el hombro, con eso terminaría el tratamiento en este hospital”, cuenta.
Pese a todo lo que le tocó tolerar, y desde los 5 años, Santino siempre se mostró estoico. “Él, en ningún momento fue para atrás, en ningún momento la enfermedad avanzó. Si bien tardó mucho en curarse, nunca avanzó, entonces fue bastante llevadero”, destaca y cuenta cómo sigue de ahora en más.
“Nos quedarían hacer controles cada tres meses, estudios clínicos, que por recomendación de sus médicos los haremos en Pensilvania, en los Estados Unidos. Esos estudios son el mantenimiento del neuroblastoma porque, por más que se cure, quedan residuos en el cuerpo y la enfermedad puede volver. Para evitarlo está ese estudio que funciona muy bien. Así que ¡allá vamos!”, detalla la mujer con una mezcla de tranquilidad y alegría en la voz.
Considerando la salud del pequeño y también la propia, porque tiene Lupus, Cecilia cuenta que la familia no tiene previsto regresar al país. “Sabiendo cómo está todo allá, no me la puedo jugar a irme y volver a estar en la misma situación que hace dos años. Mis papás viven allá, en Córdoba, y me dicen cómo está todo. Volver sería empezar de cero, y no. Mis hijos acá ya tienen a sus amigos, están bien en sus colegios. La salud es otra cosa y aunque extrañemos, que claro se extraña, no nos podemos arriesgar. Ya la pasamos mal, ya nos quedamos sin medicamentos. No podemos arriesgarnos a pasar por nada de eso otra vez”, afirma.
Agradecida, destaca: “El sistema de salud en España es muy bueno, pero además sentimos el acompañamiento de todo el equipo médico. Con decirte que Santino no quiere dejar de ir al hospital porque no solo lo sentía como parte de su rutina sino que recibió tanto amor de las enfermeras, lo quieren tanto que todo ese procedimiento, él no lo sintió. Eso es impagable”, sostiene emocionada.
El camino de Santino
“Todas las oraciones dieron resultado”, decía Cecilia Farina, mamá de Santino cuando, con felicidad y esperanzas, le contó a Infobae que el cáncer estaba en remisión completa, en noviembre de 2023 y que le quedaba el último tramo del tratamiento.
La feliz noticia significaba que el camino iniciado en diciembre de 2021 llegaba a su fin. En ese tiempo, con sólo 5 años fue diagnosticado con neuroblastoma en estadio 4, un tumor cancerígeno de grado 4 que hizo metástasis en sus huesos y en la médula espinal, uno de los tipos de cáncer infantiles que a él se lo detectaron luego de un fuerte dolor de panza, primero confundido con una inflamación del bazo. Luego de una serie de estudios, los médicos dieron el primer diagnóstico y fue derivado a una clínica privada de Córdoba capital, donde llegó el diagnostico definitivo y la primera fase del tratamiento.
Comenzó el procedimiento mediante quimioterapia para reducir ese tumor. Más tarde, les ofrecieron practicarle un autotrasplante de médula y luego la familia se enteró de que en España existía un tratamiento de inmunoterapia que prometía la cura definitiva, pero costaba 400 mil euros.
Con un gran esfuerzo y la colaboración de familiares, amigos, vecinos y de la sociedad, en 42 días juntaron el dinero y cuando terminó la primera etapa del tratamiento se mudaron a España para que Santino fuera tratado por los especialistas del Hospital San Juan de Dios, de Barcelona, donde inició la segunda etapa del recorrido en febrero de 2022.
Para mayo del mismo año, el tratamiento ya estaba iniciado y los huesos del pequeño comenzaban a limpiarse de células cancerosas. La esperanza estaba de pie y les sonreía. Santino, le devolvía el gesto a costa de una entereza inimagibale para un chico de su edad.
Tras la remisión del cáncer, continuó con los cinco ciclos más de inmunoterapia restantes para terminar de consolidar el tratamiento. “Cuando le conté a Santi lo que me dijo la médica por teléfono (que el cáncer estaba en remisión), él, que es un nene muy positivo y alegre, y que a todo lo que se le hizo siempre lo tomó bien, simplemente me dijo: ¡Ya sabía, mamá!… Para él, estar enfermo era cuando estaba sin pelito, pero cuando comenzó a crecerle, decía que se estaba curando”, contó la mujer. No se equivocó.
Finalmente, el 12 de abril de 2024, llegó el momento más esperado: Santino recibió el alta médica. “Lo que vivimos ese día fue mágico, fue hermoso. Era lo que todos estábamos esperando y lo hizo más hermoso la calidez humana porque todos los que en algún momento fueron parte del tratamiento pasaron a saludarlos por la habitación. Todos lo saludaron. Nosotros, como familia, celebramos cada victoria y este avance es muy grande”, asegura la mamá.
Santino extrañará a sus amiguitos del hospital, a las enfermeras con las que jugaba, a los médicos que aprendió a querer. “Ya le expliqué que vamos a ir a visitar a las enfermeras las veces que él quiera, pero de paseo. Como paciente no, ya no”, finaliza.
Infobae