Con la excusa de informar sobre la huelga general del 9, los transportistas interrumpirán el servicio entre las 8 y las 11 del lunes 6 de mayo. Así se resolvió en un encuentro de las máximas autoridades, entre quienes no hubo acuerdo pleno para llevar adelante la medida, según informaron fuentes sindicales a LA NACION.
Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) es hoy el jefe de la Catt, pero la decisión de anticipar una protesta ante de la huelga cegetista fue definida por otros gremios que están descontentos con el liderazgo del ferroviario. En principio, el lunes 6 de mayo habrá asambleas a partir de las 8 en los distintos puestos de trabajo. Impulsan la medida los 12 sindicatos portuarios, los camioneros y los aeronáuticos, todos sectores afines a Pablo Moyano, uno de los integrantes del triunvirato de mando de la CGT.
También se sumarán los metrodelegados del subte porteño. Es una incógnita todavía si adherirán los ferroviarios y los colectiveros que no comulgan con la jefatura de Roberto Fernández en la UTA, que se abrió del conglomerado de transportistas de la Catt junto con Omar Maturano (La Fraternidad) para conformar otra agrupación de transportistas.
En el mismo encuentro en que se resolvió adelantar la medida de fuerza para antes del paro general, los dirigentes de la Catt acordaron participar activamente el martes próximo de la movilización a la Plaza de Mayo “en defensa de la educación pública”. Los gremios de la CGT y los movimientos estudiantiles no coinciden en la organización de una misma protesta desde el “Cordobazo”, una acción estudiantil, obrera y sindical que se dio en Córdoba entre el 29 y 30 de mayo de 1969 contra la dictadura militar.
En los gremios del transporte existe una fuerte preocupación por el intento del Gobierno de reinstaurar la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Considera que si avanza el proyecto fiscal del oficialismo, serán cerca de un millón de asalariados los que volverán a pagar el tributo que pesa sobre los sueldos.
Además, en algunos sindicatos del sector hay malestar por las demoras en la homologación de los acuerdos salariales. La polémica que dejó al descubierto los cortocircuitos fue la paritaria de los camioneros. El gremio que lidera Hugo Moyano pactó hace casi dos meses un aumento de 45% para el bimestre marzo-abril que no fue homologado por el Gobierno, que pretende que las subas salariales no superen el 9%.
El martes último, después de un conflicto que escaló, Moyano, Cordero y las dos federaciones empresarias del sector reformularon los porcentajes del acuerdo [15% en marzo y 9% en abril] y se añadió una suma fija. Nominalmente, no hubo cambios en el aumento para los trabajadores. “Fue un maquillaje”, dijo alguien que conoció los detalles del acuerdo.
La Nación