Se trata de una réplica de un tradicional reloj suizo, con su característico diseño en forma de casa de madera y su mecanismo de cucú que indica las horas en punto. La estructura, de más de 10 metros de altura, fue inaugurada el 25 de mayo de 1958 por iniciativa del ingeniero Carl Hans Plock junto a Juergen Naumman y Karl Wedemeyer, y contó además con respaldo de una comisión de apoyo y fomento que integraron Mario Bina, Leandro Serna, Leonardo López, Romeo Silvestrin, Clemente Andorno, Pedro Maschio, Horacio Gigli, Federico Gasser, Justo Carreras (padre de la actriz Mercedes Carreras), Aldo Rigazio, Andrés García, Sebastián Sabater, Juan Alonso y Martín Traverso.

El reloj tiene una máquina interna de 120 kilos y un péndulo de 2,80 metros de largo y fue por varios años, el más grande del mundo en su tipo. ”El día 25 de mayo de 1958 fue inaugurado el reloj, asistieron todas las autoridades de la ciudad, hubo discursos y la bendición del padre (Carlos) Santarrosa. Mi esposa rompió una botella de champagne en la base de piedra laja mientras estallaban los fuegos artificiales sonando varias veces el Cu-Cú. El pueblo había adquirido un emblema del cual todos estaban orgullosos, los periódicos y revistas del país sacaron fotos y artículos, incluso la revista Life de Nueva York publicó una página especial”, recordó el propio Plock, en su autobiografía.
Cientos de turistas se detienen frente al Reloj Cucú cada día para tomar fotografías y selfies, inmortalizando su paso por la ciudad y llevándose un recuerdo de este emblemático monumento. Además, el reloj es un punto de encuentro popular para los habitantes de la localidad, que lo utilizan como referencia para quedar con amigos o simplemente para disfrutar de su impactante presencia.
El Reloj Cucú de Carlos Paz es mucho más que una simple estructura: es un testimonio de la historia y la identidad de la ciudad, un lugar de encuentro y un punto de referencia para todos aquellos que visitan la localidad.