Por Alejandro Bercovich
- Para los pícaros que dicen que esto es un contracoloquio, como dijo (Luis) Petri: eso es un desaire, que se informen un poco. Esto lo organicé en junio, cuando no era ni candidato a senador. Elegí a Milei porque tiene las agallas, el coraje y es el único al que se le cae una idea – dijo.
La génesis del encuentro en el rooftop, en realidad, fue algo anterior. Como presidente del Banco de Valores, Nápoli quería agasajar a sus clientes que asistieran al coloquio de IDEA con una conferencia exclusiva sobre las perspectivas macroeconómicas para el próximo gobierno. Empezó a armarlo en abril. Como en la edición 2022 se habían agotado de inmediato las 28 sillas del almuerzo secreto que animó Carlos Melconian, decidió convocarlo a él.
El jefe de la Fundación Mediterránea, por entonces tampoco embanderado aún con Patricia Bullrich, aceptó de inmediato. Incluso le pidió cambiarlo de día por un viaje a Chile que tenía agendado para el miércoles. El banquero lo reprogramó para el jueves.
Cuando a fines de junio se cerraron las listas y Nápoli quedó como primer candidato a senador por la provincia de Buenos Aires, volvió a llamarlo a Melconian. El racinguista lo felicitó al atenderlo pero cambió la mueca cuando supo el porqué del contacto.
- Tenemos que hacer algo con lo de octubre. Ahora que soy candidato suyo lo tengo que llevar a Javier -le dijo.
- Ah, me estás cagando -respondió fiel a su estilo el consultor.
- Entendeme, Carlos, no es nada con vos.
- No hay problema. Una lástima porque ya supe que ya había varios inscriptos. Pero lo armo con otro banco – cerró.
La conferencia se mantuvo inicialmente en otro cenáculo secreto con el auspicio del Banco Macro, pero Melconian optó finalmente por aceptar la oferta que le hizo IDEA cuando se convirtió en el ministeriable de Bullrich: cerrar oficialmente el coloquio el viernes ante todos los asistentes.
La anécdota grafica los saltos con garrocha que se multiplican en la política y el empresariado ante la inminencia de las elecciones. Muchos de los ejecutivos que colmaron el jueves el salón del Furia desconfían de que Milei pueda llevar adelante sus propuestas y lo siguen considerando un marginal. Varios de ellos advierten incluso off the record que sus sectores colapsarían y sobrevendría una hiperinflación con confiscación de depósitos. Pero nadie quiso perderse la oportunidad de verlo cara a cara y sacarse fotos con él.
Pornovenganzas
En el comando de campaña de Bullrich, adonde todos los lunes a la tarde llegan las encuestas semanales que encargó el consultor estrella Derek Hampton, ya no saben en quién confiar. Temen que el primer debate de candidatos presidenciales haya profundizado el declive de la exministra de Seguridad pero esperan a la vez que la próxima entrega vuelva a arrimarse al escenario de tercios y no a la escalerita 35%-30%-25% que viene arrojando la mayoría de los sondeos, con ella en el peldaño inferior. Se ilusionan por cómo erraron para las PASO.
Los más experimentados, sin embargo, empiezan a abrir el paraguas: “Estos fenómenos no son políticos ni ideológicos. Son culturales. No hay mucho que hacer”, se sinceró uno de ellos a BAE Negocios. “El furor se desató 15 días antes de las PASO y puede ser pasajero como todas las modas pero imparable”, agregó.
Otro, memorioso, comparó el sorpresivo batacazo del despeinado minarquista con el que en 2015 protagonizó Miguel Del Sel en Santa Fe. “Igual que nosotros en aquella elección, no saben cómo hacer para perder. Del Sel no tenía equipo. Lo habíamos puesto para traccionar votos para Macri, igual que a Vidal, y casi gana como ella”, evocó.
Los movimientos de Milei, sin embargo, no sugieren que quiera perder. Sí se dispuso a fogonear la corrida cambiaria sin eufemismos. Como si empujara a los velocistas que se precipitan hacia el dólar a medida que se acerca el 22, en Mar del Plata dijo que “cuanto más alto esté el precio del dólar, dolarizar es más fácil”, sin reparar en el efecto demoledor de esa suba sobre el precio de los alimentos y los ingresos populares.
Mauricio Macri, por su parte, volvió a mostrar en Estados Unidos que no le cambia gran cosa que sea Juntos por el Cambio el que derrote al peronismo. Más allá de las declaraciones públicas que enfurecieron a Bullrich, les dejó a quienes lo escucharon en privado la impresión de que se siente personalmente reivindicado por las propuestas de Milei. Una fascinación parecida a la que siente desde las PASO otro veterano retirado: Domingo Cavallo.
Son apoyos que envalentonan al anarcocapitalista para vengarse de gente como el exbanquero Gabriel Martino, quien pese a colaborar con Bullrich se escapó del coloquio de IDEA para ir a escucharlo al Furia. Cuando fue a darle un beso, tutéandolo, él le extendió distante la mano y le espetó: “vos sos amigo de Larreta ¿no?”.
La relación entre ambos data de los años 90, cuando Martino fue jefe de Milei en la AFJP Máxima, del HSBC. El líder libertariano trabajó ahí antes que en la Corporación América, durante cuatro años, bajo las órdenes del fallecido Javier Finkman y del ex Banco Roberts Fabián Abadi. La cosa no terminó bien: lo echaron por conflictivo e inestable emocionalmente, y también por denuncias internas de acoso sexual que -otras épocas- nunca llegaron a la Justicia. Recientemente, Milei supo que Martino había empezado a recordar aquellos inconvenientes ante terceros.
Ya colaboré
Lo que podría profundizarse después del 22, olfatean los más pícaros del círculo rojo, es el síndrome del “pato rengo” que personifica con una ejemplaridad pocas veces vista el presidente Alberto Fernández. El cruel despoder que sufrió el primer mandatario desde que se supo que no sería candidato a la reelección caería como un rayo sobre Sergio Massa tanto en caso de que Milei se imponga en primera vuelta como ante la eventualidad de un ballotage cuesta arriba, con una diferencia significativa.
La diferencia, claro, la marca el pragmatismo ignífugo del ministro candidato. Algo que le permite alcanzar acuerdos con quien sea, incluso con poderosos atentos a cualquier descuido estatal. Por eso algunos banqueros empiezan a sospechar que no solo pactó con Marcos Galperin el aplazamiento de la norma de seguridad adicional que le exige cumplir el Banco Central desde diciembre para el fondeo de las cuentas de MercadoPago, que compiten con las suyas con menos exigencias y regulaciones, sino que también le dejó abierto un resquicio para no pagar el anticipo de Ganancias del 15% sobre bancos y financieras con el que prometió financiar las medidas paliativas de la devaluación post-PASO.
El hueco está en la resolución general 5424 de la AFIP que lleva la firma de Carlos Castagneto, por lo cual el kirchnerismo no puede acusar a nadie de traición. Su artículo 4 dice que “en aquellos casos en que se haya declarado resultado impositivo por una o más actividades promovidas, el contribuyente podrá deducir del importe del pago a cuenta, el monto correspondiente a la desgravación por dicha actividad”.
Como la actividad de MercadoLibre y sus subsidiarias es “promovida” por la Ley de Economía del Conocimiento, los tributaristas sostienen que no deberá abonar inmediatamente el adelanto. Incluso aunque sea la más grande de las 101 compañías a las que supuestamente apunta el adelanto del tributo.
En el Ministerio de Economía aseguraron a BAE Negocios que la firma de Galperin “está alcanzada” por el anticipo. Fuentes del Tribunal Fiscal disienten. En todo caso, si fue simplemente un error de redacción, la AFIP puede enmendarlo con otra simple resolución general.
Publicado en BaeNegocios