Cristina Kirchner repudió el fallo de la Corte que ratificó su detención y llamó a la militancia a organizarse
“El poder económico puede tropezar una vez, pero no dos. Nosotros somos los únicos que podemos construir una alternativa cuando esto se desplome, porque esto no tiene final feliz y ellos lo saben”, dijo y continuó: “Cuando este monigote de Presidente no le sirva más al poder económico, cuando se caiga, lo que pretenden es que el campo nacional y popular no pueda organizarse”, resumió la expresidenta después de leer el fallo de la Corte.
“En esta Argentina que gobierna Milei no deja de sorprendernos, porque al cepo del salario le agregaron el cepo al voto popular”, opinó.
Luego, la exmandataria se dirigió a los tres jueces de la Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, y espetó: “Este triunvirato impresentable, son tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos: el poder económico concentrado de la Argentina”. Ese poder que, recordó “a los pocos días del intento de asesinarme, tituló: ‘La bala que no salió, el fallo que sí saldrá'”.
También lamentó que “a los que se fueron en helicóptero e hicieron el megacanje nadie los haya llamado, ni siquiera, como testigos a declarar”, y puntualizó: “Estar presa mientras los Macri y los Caputo pueden caminar sin que nadie les diga nada, es un certificado de dignidad histórica”. Para concluir, destacó: “La historia argentina demuestra que a los dirigentes políticos que gobiernan para el pueblo, que logran la distribución del ingreso más equitativa, no los perdonan”.
Una vez que terminó, se subió a un auto y se dirigió a su departamento en el barrio porteño de Constitución, donde en su entorno confirman que transitará la prisión domiciliaria. Como en una procesión, todos los presentes comenzaron a caminar por la Avenida Rivadavia detrás de ella.
“A pesar de las bombas, de los fusilamientos, de los compañeros muertos, los desaparecidos/ no nos han vencido”, gritaban. La mezcla de emoción, indignación y bronca no solo era de la militancia, también la compartían los dirigentes que caminaban junto a la multitud. Mientras tanto, intentaban pensar y organizar los próximos pasos a seguir.
Página 12