“Subite al colectivo anti ómnibus”. Esa fue la consigna con la que diversos sectores del ámbito de la cultura convocaron a una intervención artística participativa y abierta frente al Congreso de la Nación, en repudio el proyecto de ley impulsado por el Gobierno nacional que – entre otros puntos de conflicto con la derogación de leyes vigentes – pretende cerrar reconocidas instituciones como el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y el Instituto Nacional del Teatro (INT), además de desfinanciar el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), y derogar la Ley 25.542 que garantiza un precio único en la venta de libros.
El encuentro había sido convocado a las 18 por el Frente de Soberanía Cultural (FSC) tras el multitudinario plenario “La cultura está en peligro” que se llevó a cabo el jueves pasado en el Teatro Argentino de La Plata, donde asistieron más de 3 mil representantes y trabajadores de la cultura en rechazo al DNU y la Ley Ómnibus de Milei. “La Ley quiere arrasar con la soberanía cultural. Construyamos un colectivo de cultura federal y solidario en defensa de nuestro pueblo”, exhortaron desde el FSC.
Lo que se vio frente al Congreso fue el color de la resistencia. Algunos gremios como ATE y CTA colgaron sus banderas en las rejas que cercan la plazoleta y los monumentos, y después de las 18 un grupo de artistas dio inicio a la intervención artística con el primer número de la tarde: un baile al ritmo de los aplausos, movimientos elásticos que expresaban el valor de la libertad, sonrisas y también puños apretados en señal de lucha.
El siguiente número consistió en una performance: de un lado, un Milei caricaturesco (quizás no tanto como la versión original), con peluquín, junto a sus funcionarios subidos a la Ley Ómnibus (un colectivo hecho con cartones pintados que arrasaba con todo a su paso); del otro, la masa del pueblo gritando las consignas que por estos días suenan en los cacerolazos: “La patria no se vende”, “Milei, basura, vos sos la dictadura” o “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta…”.
También hubo máscaras y varias pancartas que expresaban reclamos y diagnósticos muy diversos: “La cultura está en peligro”, “La patria no se vende”, “El arte libera y resiste”, “NO a la Ley Ómnibus”, “Cultura por Necesidad y Urgencia”, “El Congreso no se cierra”, “Son 30.400”, “Defendamos la salud pública”, “¿Nunca más? Si hay terricidio, hay genocidio”, “Haciendo malabares para llegar a fin de mes”, entre otros.
Guillermo Parodi, director, dramaturgo y docente de teatro además de trabajador del Teatro Argentino de La Plata, contó: “La iniciativa surgió a partir de una autoconvocatoria de artistas de distintas partes de la provincia de Buenos Aires, también hay varios artistas de CABA con los que me crucé. Es un encuentro espontáneo donde nos juntamos a decir esto que nos pasa: si nos cierran organismos como el INT o el FNA, si desfinancian al Incaa y al Inamu, con todo lo que eso implica, se ponen en peligro no sólo una cantidad de puestos de trabajo sino también la producción de arte, pensamiento, poéticas y una mirada crítica”.
En términos de alianzas, Parodi celebra la rápida resistencia que se registró en el sector para debatir qué camino seguir: “Hay muchas agrupaciones como Unidxs x la Cultura que se juntan periódicamente y organizaron un plan de lucha. Se están haciendo asambleas en muchos lugares del país y eso es muy importante porque permite ver el descontento de la gente. Estamos dispuestos a defender con uñas y dientes aquello que hemos ganado y construido con mucho esfuerzo y sacrificio”. El director adelanta que estarán todos los jueves de 18 a 20 con distintas actividades artísticas.
A lo largo de la tarde se repitieron los cánticos contra Milei, sonaron tambores, hubo aplausos y el arte fue el camino elegido para expresar un descontento cada vez más amplio.
Página 12