La suba se debe al incremento que definió el Gobierno en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y el traslado de la devaluación. En julio el traslado a surtidores del componente impositivo podría ser de hasta 18% tal como está definido el último sendero oficial de suba.
De esta manera, la nafta súper de YPF, líder local con cerca del 60% del mercado, pasará en promedio de $870 a la zona de los $900 por litro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). El gasoil podría pasar de $918 a cerca de $950 por litro. Se espera que sus competidoras -Shell, Axion y Puma Energy- se muevan en una línea similar.
En busca de apuntalar el sendero de desaceleración de la inflación, el Gobierno volvió a diferir la actualización del ICL que se iba a aplicar originalmente este martes y pasó la mayor parte del incremento a julio. Es por eso que el alza promedio en los combustibles que comenzará mañana será de 1,5 puntos porcentuales por el componente impositivo y 2 puntos por el deslizamiento del tipo de cambio oficial, en la búsqueda que tienen las empresas por sostener sus precios constantes en dólares.
El diferimiento se conoció este martes 28 de mayo a través del Decreto 466/2024, publicado en el Boletín Oficial con la firma del Presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo. “Con el fin de estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible, resulta razonable diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultan aplicables a partir del 1° de junio de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”, dicen los considerandos de la norma.
El impuesto a los combustibles se actualiza trimestralmente en base a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec acumulada en el período anterior. El Gobierno de Alberto Fernández lo mantuvo congelado desde mediados de junio de 2021 hasta diciembre de 2023.
Como parte de su hoja de ruta para alcanzar el equilibrio fiscal Caputo planteó un esquema de suba gradual para recuperar todos esos períodos a los que se sumó una liberación en los topes de incrementos a las empresas. Desde diciembre pasado la nafta y el gasoil más que duplicaron sus precios.
En mayo correspondía aplicar un aumento del ICL del 53% por la inflación acumulada del último trimestre del 2023, que Caputo había pateado a junio y ahora vuelve a postergarse, y en julio otro 56% por el IPC del primer trimestre de este año. El Decreto 466/2024 implica una pequeña suba desde este sábado pero concentra el mes siguiente lo más fuerte.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) calculó que la suba del impuesto a los combustibles será del 8% desde el 1 de junio. Si esa suba se trasladaba plenamente al precio, la nafta súper podría aumentar 1,2% en CABA y un 1% en Córdoba. Finalmente, a eso se agregará el componente de la devaluación.
“En julio el impuesto debería subir un 115%, de trasladarse plenamente al precio, la nafta súper podría aumentar como máximo 18% en CABA y un 16% en Córdoba”, explicó el Iaraf. Habrá que esperar para ver si sobre ese casi 18% se sumará la evolución del tipo de cambio y/o algún tipo de recomposición que quieran sumar las petroleras.
En paralelo, en abril se observó una consolidación de la caída en las ventas de combustible al público en todo el país. Según un informe de la consultora Politikon Chaco, en base a datos de la Secretaría de Energía, con una caída del 13,7% interanual, la quinta consecutiva.
En referencia a sus desempeños, las naftas exhibieron una baja del 11,4% interanual aunque con alta disparidad según el segmento: las ventas de nafta súper caen 6,8% interanual pero las de naftas premium lo hacen en -24,2%. Respecto al gasoil, el resultado global fue de caída del 16,5% interanual: dentro de este, el común cayó 19,1% y el premium lo hizo en -10,7 por ciento.
Infobae