En una semana, Javier Milei recibirá el bastón de mando y jurará como presidente de la Nación. Los preparativos están casi listos – el ex canciller macrista Jorge Faurie está a cargo de la ceremonial -, pero no así su organigrama de gobierno. Fueron días de traspiés, socios desairados, renuncias intempestivas y, a su vez, de un ejercicio final de autonomía política. Mauricio Macri quedó frustrado en su intento de coparle el gabinete al libertario de ultraderecha, y ahora se lava las manos.
Adentro quedarán algunos de sus ex funcionarios – Luis Caputo, Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger – pero sin la garantía de que les respondan a él directamente. La designación de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados y de Francisco Paoltroni como presidente provisional del Senado fue la gota que rebalsó el vaso, y en el PRO ya advierten que el acuerdo de gobernabilidad con La Libertad Avanza será “ley a ley”.
Javier Milei pasará sus últimos días como presidente electo en el Hotel Libertador, trabajando con su círculo más cercano -Nicolás Posse (jefe de Gabinete), Guillermo Francos (Interior), Santiago Caputo y Karina Milei- así como recibiendo a dirigentes y legisladores de su espacio. Solo faltan siete días para asumir la presidencia y, sin embargo, todavía hay muchos casilleros que llenar.
Cada designación representa un juego de acuerdos y de alianzas que, en la última semana, se ha caracterizado por los volantazos y pasos en falso. Desde el desplazamiento de Carolina Píparo al frente de la ANSES, pasando por la era del hielo con su vice Victoria Villarruel al desplante a Mauricio Macri.
En el caso de Píparo, ex candidata a gobernadora bonaerense por LLA, todo indica que se quedará solo con su cargo como diputada nacional. Fue la primera víctima de la nueva sociedad libertaria con Juan Schiaretti, siendo reemplazada por Osvaldo Giordano -ex ministro de Finanzas cordobés- para la dirección de una de las cajas más grandes del Estado.
Villarruel, después, perdió la prerrogativa de designar a los titulares de tres áreas clave: Seguridad – que fue para Patricia Bullrich, que negoció individualmente su mercado de pases y terminó renunciando a la presidencia del PRO -, Justicia – que quedó en manos del abogado mediático Mariano Cúneo Libarona – y Defensa. Este es el último de los grandes Ministerios que aún quedan vacantes y se baraja el nombre del mendocino Luis Petri, ex candidato a vice de Bullrich, para ocuparlo.
Macri desairado
La novela con Macri es un capítulo aparte y finalizó en un tono amargo luego de que Milei definiera dejarle la presidencia de la Cámara de Diputados a un libertario propio. Macri venía presionando para que se reservara el lugar a Cristian Ritondo: era la prenda de negociación que garantizaría que el PRO le cuidaría los votos en el Congreso. El presidente electo, sin embargo, terminó optando por Martín Menem para ocupar el cargo y abrió un foco de tensión con el PRO, que ahora se desentiende de un co gobierno.
“Se negociará ley por ley. El Gobierno eligió un camino que es distinto al de trabajar juntos desde el minuto cero”, afirmó Federico Angelini, vice presidente del PRO, en declaraciones radiales. Más gráfico, otro halcón PRO deslizó: “Milei acaba de comprar lo mismo que ya tenía: 38 diputados. Nosotros ahora no estamos obligados a votarle nada porque no formamos parte”.
Menem, sin embargo, fue recibido con un abrazo por Karina Milei el sábado a la tarde en el Hotel Libertador. El diputado electo – que es hijo de Eduardo Menem, senador nacional durante más de 20 años, y sobrino del ex presidente – pasó allí más de tres horas con el presidente electo, diagramando la estrategia parlamentaria para la aprobación de la ley “ómnibus” y los primeros proyectos económicos que presentará para ser tratados durante las sesiones extraordinarias. Se trata de una reforma integral del Estado -que implicará una drástica reducción de los 18 ministerios existentes-, así como una Ley de Emergencia Económica, que incluirá gran parte del ajuste para el primer año.
Con solo 38 diputados y 7 senadores propios, Milei tendrá por delante una ardua tarea para conseguir el número para aprobar estas iniciativas. Primero deberá acercarse a un fracturado Juntos por el Cambio, que aún debe definir qué forma final adoptará luego de que gran parte del PRO definiera respaldar la presidencia de Milei (e, incluso, integrarla). Cuando el acuerdo con Ritondo todavía estaba en marcha, LLA podía recostarse en que tendría casi una cuarentena de diputados del PRO, así como la posibilidad de tejer acuerdos con los 35 del radicalismo y algunos bloques provinciales.
Ahora, sin embargo, JxC se muestra dispuesto a garantizar la gobernabilidad de LLA, pero no a toda costa. “Francos, al elegir a Menem, acaba de formar un gobierno de seis meses, no para cuatro años. Porque ahora podemos votarle las leyes, ¿pero qué va a pasar cuando el ajuste empiece a afectar a la clase media, nuestros votantes? No es lo mismo formar parte de un gobierno que ser solo aliados”, anticipó un halcón cambiemita.
Casilleros vacíos
Milei tiene solo siete días para llenar un tendal de lugares en ministerios, secretarías y subsecretarías, muchos de los cuales son espacios clave. La conducción de la cartera de Salud, por ejemplo, está vacía e, incluso, todavía no está del todo claro si continuará siendo un Ministerio o se convertirá en una Secretaría. Originalmente la idea era que el área pasara a formar parte del superministerio de Capital Humano – comandado por la licenciada en “Ciencias de Familia”, Sandra Pettovello -, que englobaría también Desarrollo Social, Trabajo y Educación, pero empezaron a surgir dudas por la dificultad que implicaría maniobrar tamaña estructura. Tampoco se designó al secretario de Trabajo – aunque se especula que ocupará el cargo Omar Yasin, ex funcionario de Jorge Triaca – ni el titular del Banco Central o la AFIP.
Se especulaba, además, con que Ramiro Marra sería el jefe de Asesores y Karina Milei la Secretaria General de la Presidencia, pero aún no está confirmado. Muchas dudas para solo siete días hasta la jura.
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