Gloria Cisneros es una de las caras de la campaña con la que, la Fundación Varkey, reconoce a los docentes del país en septiembre, mes de la educación. Es además candidata al “Global Teacher Prize”, que otorga la mencionada fundación con un millón de dólares.
En diálogo telefónico con CIUDAD TV, reconoce que “La Sara está a 90 kilómetros de Taco Pozo, y se llega por caminos intransitables de tierra. Está a una gran distancia de la capital provincial, más de 500 kilómetros. Hace 8 años que estoy trabajando en la escuelita EEP 793, y cuando llegué tuve que ir a buscar a los alumnos y logré encontrarlos. No sólo a los de nivel primario sino también inicial”, explica Gloria.
“Soy único personal y me dedico a todas las dimensiones, como la educación, lo administrativo, ejecutivo, limpieza y todo lo demás. Empecé con 1 alumno y ahora tengo 15, más otros 10 en contraturno con clases de apoyo, enseñar a leer. Damos clases de lunes a viernes durante 5 horas a la mañana, y seguimos a la tarde con lo otro”, acota.
A nivel familiar, dice que “tengo a mi esposo y dos hijos. Una hija que estudia en Salta, y mi hijo que estudia en Taco Pozo y también hace trabajos rurales. Estudié magisterio en Taco Pozo, en el Instituto de Nivel Terciario. Al recibirme trabajé primero en la Escuela 958 y en el 2017 empecé con educación rural”.
Luego habla de la nominación, y sorprende manifestando que “es algo confusa, me enteré por la prensa. No he recibido personalmente ninguna nominación de la Fundación Varkey, ni me han contactado. Fuimos destacados 5 docentes a nivel nacional, pero no sé cómo se maneja la información. Lo que tenemos hasta este momento es que somos la cara de la educación en el mes de septiembre”.
“Desde este año estoy en la escuelita de La Sara. La directora que estaba en ese cargo habló conmigo y me pidió para seguir lo que ella había empezado. Quería una docente que siguiera el mismo método de trabajo, cuidando a la comunidad”, observa.
Para quienes no conocen, llegar hasta La Sara, significa hacer 520 kilómetros desde Resistencia, pasar por Santiago del Estero y volver a ingresar al Chaco, haciendo luego 90 kilómetros al norte, donde está Taco Pozo.
Reitera que “tenemos 15 alumnos de primaria y otros 10 en contraturno, para clases de apoyo, con asistencia personalizada. Los alumnos deben recorrer 20, 15, 10 o 7 kilómetros para llegar a la escuela, y tienen que atravesar esa distancia todos los días con frío, calor, por caminos intransitables donde se les rompen las motos o medios en que se movilizan”.
Servicios, necesidades y vocación
Más adelante, Gloria Cisneros expresó que “las necesidades son muchas. Faltan útiles, ropa, calzados para los niños, medicamentos, alimentos, platos, vasos, tazas, elementos de higiene, porque es un gasto extra el llevar los insumos de limpieza”.
Refirió que “los niños reciben el desayuno y almuerzo a la mañana, y los que van a contraturno la merienda. Ahora tenemos un personal becado que se encarga de cocinar, pero tiene solo 3 horas de servicio. Los otros horarios me tocan a mí”. Por último, valoró “el trabajo rural en esta escuelita y la predisposición de ayudar a estos chicos. Qué mejor, por una tarea tan noble como es la docencia”.
Todo un ejemplo para el Chaco. Ahora es necesario que quienes pueden colaborar reaccionen y lo hagan.