Desde el Área de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste, manifiestan que participar en la Semana Mundial del Glaucoma es una oportunidad para reforzar el mensaje de que el cuidado de la salud visual es una responsabilidad compartida. ¡La prevención y el control a tiempo pueden marcar la diferencia!
Por ello, los exámenes oftalmológicos periódicos anuales son fundamentales para identificar el glaucoma antes de que provoque un daño significativo.
Si se diagnostica a tiempo, existen tratamientos eficaces, como el uso de gotas o procedimientos quirúrgicos, que ayudan a controlar la enfermedad y preservar la visión. Además, el seguimiento médico regular es esencial para garantizar la estabilidad de la salud ocular.
Cabe señalar que, a pesar del diagnóstico, es posible llevar una vida plena y disfrutar de una buena calidad de vida, especialmente cuando el glaucoma se detecta temprano y se trata de manera adecuada.
Actualmente, se están realizando numerosas investigaciones y es posible que en un futuro próximo surjan nuevas opciones terapéuticas que mejoren aún más el manejo de esta enfermedad.
Cuidar la salud visual es una prioridad. No debemos esperes a notar síntomas, es fundamental asistir a las revisiones oftalmológicas anuales periódicas y proteger la visión.
La Semana Mundial del Glaucoma es una iniciativa global impulsada por la Asociación Mundial del Glaucoma (WGA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de generar conciencia sobre esta enfermedad. A través de diversas actividades en todo el mundo, se busca involucrar a pacientes, profesionales de la salud, funcionarios de salud y al público en general en la prevención del glaucoma y la preservación de la visión.
El propósito principal de esta campaña es sensibilizar a la población sobre la importancia de los controles oftalmológicos periódicos, incluyendo la evaluación del nervio óptico, para detectar el glaucoma en sus primeras etapas. Un diagnóstico temprano permite iniciar tratamientos oportunos que ayudan a evitar la progresión de la enfermedad y a prevenir la pérdida irreversible de la visión.
El glaucoma es una enfermedad crónica, progresiva y degenerativa que afecta el nervio óptico. Es la segunda causa de ceguera en el mundo y, lamentablemente, su daño es irreversible. Se estima que alrededor de 80 millones de personas padecen esta condición a nivel global. El crónico simple tiene un componente hereditario, por lo cual familiares de sangre de pacientes con glaucoma deben controlarse aun con más razón.
En sus primeras etapas, no presenta síntomas, lo que hace que muchas personas no sean conscientes de que lo padecen. Con el tiempo, comienzan a manifestarse signos como la pérdida gradual del campo visual, halos coloreados alrededor de las luces, cambios seguidos de anteojos, etc. Si no se trata, la enfermedad puede avanzar hasta causar ceguera total.