Más allá de la difusión mediática que tuvo la llamada “Operación Romaní” el viernes pasado en Rosario, en donde Escuadrón de Operaciones Antidrogas de la Gendarmería detuvo a 15 personas en 21 allanamientos en la región por una causa por venta de droga –que se tramita en la Fiscalía Federal N°2–, la investigación se mantuvo en un curioso bajo perfil.
Entre otras cuestiones, fue porque uno de los arrestados es un agente de inteligencia quien está sospechado de haber filtrado información sobre distintos expedientes a personas a las que ayudó así a eludir allanamientos, cambiar de teléfono o “avivarlas” para profugarse.
Las autoridades llegaron hasta este hombre, abogado de profesión, a través de una oscura cadena de vínculos con Los Monos.
Dentro del grupo de detenidos hay delincuentes de alto perfil, como el caso de Leandro “Pollo” Vinardi, condenado por un crimen, hoy preso en el penal federal de Ezeiza e imputado como presunto jefe de la célula de Los Monos que opera en Villa Gobernador Gálvez. Es considerado una “mano derecha” de Guille” Cantero y uno de los gerentes de la barra brava de Newell’s.
Vinardi, según la investigación, estaría al mando de la presunta organización que tiene entre sus filas a Guillermo “Chupa” u “Ojitos” Sosa, otro cabecilla de la barra brava de Newell’s que cayó el 4 de mayo de 2022 al ser imputado por el asesinato del ex barra leproso Nelson “Chivo” Saravia en San Nicolás al 3700.
Vinardi y Sosa organizaban, según la acusación en su contra, una estructura que operaba la venta de droga en barrios como Villa Constitución, Granadero Baigorria y San Lorenzo. Para los investigadores judiciales, se valieron de un policía: Juan José Raffo, condenado en 2018 como miembro de Los Monos, quien se habría encargado de dar aviso de causas en curso contra la banda y de suministrar información sobre autoridades policiales con competencia en esas zonas, con quienes habría mantenido comunicación para lograr instalarse en esos territorios. Raffo, a su vez, tomó el rol de conseguir dólares para dárselos a la banda para comprar droga al por mayor.
El nombre del “Operativo Romaní” es porque quienes recibieron los dólares fueron personas de la comunidad gitana, algunos de ellos viejos conocidos de la justicia, como Mariano “Gordo” Salomón, también condenado en la trama de Los Monos.
Sin embargo, el policía –que está prófugo– también contaba con asistencia. Según la imputación del Ministerio Público Fiscal, tenía frecuentes comunicaciones telefónicas con el agente que cayó el viernes pasado.
Fue ese agente –cuya identidad, protegida por la Ley de Inteligencia, es mantenida en estricta reserva por las autoridades– quien habría dado aviso a Raffo sobre allanamientos y causas judiciales sobre la presunta organización y sobre el propio agente.
Para los investigadores judiciales, esa asistencia llevó a que Raffo no haya sido visto de vuelta en Rosario y en la región.
El ex funcionario tiene una historia previa. Fue indagado también por haber llamado a fines de diciembre de 2022 a un fiscal que figura como titular de un auto en el que fue visto Raffo en el aeropuerto de Ezeiza. Este del Ministerio Público de la Acusación no está imputado en el caso y en el expediente se indica que después de haber recibido esa comunicación telefónica hizo trámites vinculados a la venta del vehículo.
El fiscal hizo un descargo judicial y presentó una denuncia de venta del auto en cuestión, aportó documentación y aseguró que lo había vendido en octubre de ese año a un policía –Álvaro Rosales, actualmente imputado y detenido tras una denuncia de abuso sexual– al que conocía hace 10 años, aunque dicho papeleo fue terminado en diciembre por su gestora. Afirmó desconocer qué había sucedido con el auto y añadió que lo dejó asegurado a su nombre para mantener la responsabilidad civil hasta que finalizaran los trámites registrales para el traspaso de titularidad.
En la causa federal se agregó que el servicio de inteligencia también alertó a Raffo que lo habían observado en ese auto en Ezeiza, lo que se supone que provocó que el policía dejara de usar ese vehículo y la línea telefónica que tenía en ese momento. Hoy, Raffo se encuentra exonerado de la Policía de Santa Fe.
Por los datos trabajados en la investigación, también generó curiosidad que se haya encontrado en el celular del agente de inteligencia en documentos vinculados a causas de la Justicia federal de Rosario sobre la salida de cargamentos de droga desde la Terminal Puerto Rosario, ya que él no tenía intervención formal en esas tareas.
Infobae