En declaraciones a CIUDAD TV, el director de la Consultora Politikon Chaco, Alejandro Pegoraro, analizó los últimos datos de inflación difundidos por el INDEC. Si bien destacó que el NEA fue la región con menos suba, con 1,8%, dijo que la suba en alimentos comienza a encender las alarmas, atado a la volatilidad del tipo de cambio.
En un contexto nacional donde la inflación de septiembre fue del 2,1%, en línea con las expectativas pero superando la meta gubernamental, la región del NEA se destacó por ser la única que no llegó al 2%. “En ese contexto la región del NEA se destacó, vamos a llamarlo, porque fue la única región que no llegó al 2%. Fue de 1,8 finalmente”, explicó Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikon Chaco. Aunque el índice mostró un “saltito muy leve” respecto al 1,7% de agosto, la región no sufrió la aceleración que se observó en otros puntos del país.
Sin embargo, detrás del dato general, emerge una señal de alerta. Una de las divisiones que más creció fue Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, con un 1,9%. “Parece no ser demasiado importante, porque 1,8 la general, 1,9 alimentos”, reconoció Pegoraro, pero aclaró la relevancia del dato: “el tema es que hace más o menos 4 o 5 meses alimentos crecía por debajo del nivel general. Entonces venía bastante contenido, el hecho de que ahora suba por encima del nivel general, bueno, te marca un poco la preocupación que surge por el contexto”.
El analista vinculó esta presión incipiente con la volatilidad financiera. “Hay microremarcaciones que vienen de la mano de la volatilidad del tipo de cambio”, señaló, y advirtió que “si el frente cambiario no se estabiliza, bueno, puede impactar todavía más fuerte en un rubro que obviamente es muy esencial en los hogares como es el de alimentos”. Aunque aclaró que “todavía no es un escenario para decir, bueno, mira, estamos viendo una aceleración”, sí marca “una pequeña alarma”.
Los tuits como “shock externos”
Al ser consultado sobre la extrema sensibilidad del mercado financiero argentino ante declaraciones internacionales, como las recientes de Donald Trump, Pegoraro fue contundente: “La razón central es que la Argentina tiene un historial de inestabilidad”. Este historial, sumado a un problema estructural, hace que el país sea más vulnerable. “El problema argentino de la inestabilidad está muy basado en el problema de los dólares. Que es lo que todos los años hablamos en algún momento, que faltan dólares y demás”, aseguró.
En este marco, cualquier noticia o declaración puede actuar como un shock. “Todo shock externo, nosotros a veces denominamos shock a medidas puntuales, ahora, en este contexto también un shock externo es una declaración. No hace falta ir a una guerra o una seca. Un tuit”. Esta fragilidad se manifiesta en una volatilidad constante. “Quizás lo más curioso en la Argentina es la frecuencia con la que nos ocurre esto. Si vos tomás el último mes, todos los viernes cambia el escenario”, graficó.
Pegoraro sostuvo que, si bien los factores externos impactan, “la responsabilidad final siempre es nuestra. Es de la Argentina que a lo largo de los años ha cambiado las reglas de juego”. Para el analista, esta falta de políticas de Estado consistentes se observa en la mayoría de los sectores, con una excepción clave: la energía. “La energía quizás es el único sector que ha tenido un camino de una política de estado. Lo hizo el kirchnerismo, lo continuó Macri, lo hizo Alberto, hoy Milei con un perfil menor, pero sigue favoreciendo”.




