”El ex Presidente alega que el hematoma no se debe a un golpe, sino a un tratamiento estético contra las arrugas”, señala el reportaje. Los medios que siguen cada minuto del caso, recuerdan que también en 2021 Fernández primero negó que se hubiera producido el festejo en Olivos, luego puso en duda la autenticidad de la foto y terminó por incriminar a su pareja.
La nota abreviada de Verbitsky
”Las fotografías de Fabiola Yáñez con un ojo negro y con un moretón en una axila monopolizan la atención pública desde que las dio a conocer en la noche del jueves la trilogía mediática de la derecha dura argentina: las señales de noticias por cable de La Nación y Clarín y el portal Infobae. Luego siguió una interminable chorrera de medios gráficos y audiovisuales.
En cambio, se rehusaron a difundir las fotos Tiempo Argentino (para “no sumarse ni a operaciones ni a divulgación de material cuya procedencia no podemos respaldar, y cuyo peritaje desconocemos”) y Página 12 (porque sin autorización de Yáñez, “implican una revictimización”).
La causa se sustancia por lesiones leves agravadas, delito con una pena máxima de dos años, que podría estar prescripta. Pero ya estaría establecido que los golpes que denuncia Yáñez ocurrieron el 12 y el 13 de agosto de 2021, en el preciso momento en que La Nación publicó la foto de la fiesta de cumpleaños de 2020, en plena pandemia, y de la inolvidable conferencia de prensa en Olavarría, cuando el entonces presidente descargó la responsabilidad en “mi querida Fabiola”.
La presunción es que no fue sólo de palabra. Según Yañez desde entonces el presidente le recriminó el mal desempeño en los comicios de 2021. “Por tu culpa, perdimos las elecciones”, le decía. Es decir que la culpable de la derrota no era la vicepresidenta. “¿Qué mujer quiere verse y que la vean así”, agregó para no dejar dudas de que se publicaron sin su consentimiento.
En su entrevista con Infoba, Yáñez dijo que la destruyó ver esas fotos, que ella nunca hubiera dado a conocer.
Resta por ver si Fernández está en condiciones de probar su argumento sobre el tratamiento estético. Se consultó con distintos profesionales de la salud y no encontró unanimidad. Una médica y un dermatólogo dijeron que no era imposible que se tratara de una reacción alérgica a una droga, aunque en tales casos el párpado suele enrojecer, se hincha y se descama. El efecto de un golpe no se aprecia sólo en los párpados, sino también en la conjuntiva. El ojo se achica y aparecen derrames sanguíneos, cosa que no ocurre en la foto de Yáñez.
Además, los hematomas son irregulares y no perfectos círculos simétricos. Su evolución va del violeta, al verde y al amarillo, y no negro como se ve en la foto. El color por un golpe es irregular y la mancha no es simétrica, pareja y de bordes delimitados, porque se forma por el derrame de sangre en los vasos que rodean el ojo, que no son perfectamente circulares. Como ejemplo, los médicos suministraron una foto, tomada de una página especializada.
Una oftalmóloga que amplió la foto y la observó en detalle, los contradice. “Sí, me parece un hematoma contuso, tiene diferentes colores, no es simétrico, tiene mini laceraciones en pómulo y arco superciliar. A priori y contando solo con la foto me parece que sí”, dijo.
La comida con Clarín
Por si a alguien le interesa, El Cohete le cree a la víctima de violencia de género y aborrece esas agresiones, pero no declina su apego a la presunción de inocencia de un acusado en una causa que recién se inicia y a la valoración cuidadosa de las pruebas. Sobre todo cuando la contaminación con aspectos políticos y empresariales es ostensible y no puede excluirse del análisis.
En una entrevista, pocos días antes de este episodio, Fernández reveló que en una comida con directivos del Grupo Clarín le comunicaron que lo tratarían mejor si “entregara a Cristina” y que él se había negado.
El acupuntor
La socióloga Barrancos, de 83 años, es uno de los íconos del feminismo en la Argentina. En un chat con científicos escribió que “estoy en condiciones de asegurar fehacientemente que nunca A.F. agredió físicamente a F. Ella arrastra una compleja situación psíquica, a lo que se unió su adicción alcohólica. En realidad, si hay algo que imputarle a Alberto fue su agregada incapacidad de quebrar ese vínculo tóxico (sic). Lo casi trágico es que ahora está obligado a las dolorosas pruebas de la enfermedad de su pareja. Por supuesto los buitres y las hienas se hacen un festín. Ercolini se toma toda la venganza por la denuncia de Alberto a raíz de su encuentro glamoroso con Lewis y otros sátrapas. ¿Recuerdan?”
Según Fernández, cuando la historia se publicó en el diario Clarín, hace hoy una semana, él llamó a quien fue su asesora en temas de género, para darle su versión del episodio. Ella lo habría interrumpido para decirle:
- No tenés que explicarme nada. Mi esposo atendió a Fabiola y yo conozco toda la verdad.
El esposo de Barrancos es el médico acupuntor Eduardo Moon, una de las personas que Fernández contempla citar como testigos de concepto en la causa judicial. Fernández también dijo que Facundo Manes diagnosticó en 2016 a Yáñez, pero el diputado radical lo negó. Ante una consulta para esta nota, Manes dijo que sabe que Yáñez asistió al Instituto de Neurología Cognitiva que él creó (INECO), pero que él nunca la vio y ni siquiera sabe qué médicos la atendieron ni si tenía alguna enfermedad.
Un peritaje aquí
El ex Presidente tiene una explicación para las fotografías, pero trastabilla ante los chats en los que Yáñez lo acusa de golpearla durante tres días seguidos. Su asombrosa explicación es que ella le pegaba a él durante las discusiones que admite frecuentes por el estado de salud de su esposa. Al defenderse él la tomaba de los brazos, lo cual explicaría los moretones. Una médica clínica que observó las fotos dice que el hematoma en la axila no corresponde a la marca que dejan los dedos cuando aprietan. “Parece producto de un golpe, no de un zamarreo”. En cualquier caso, esto revela la importancia de la realización de un peritaje que disipe toda duda.
Fernández dice conservar chats con la madre de Yáñez, en los que compartirían la preocupación por el alcoholismo de ella, y reitera en forma obsesiva varias preguntas:
- Si soy un golpeador, ¿por qué se sometió a un tratamiento de fertilidad para que tuviéramos un hijo?
- ¿Por qué no hay un solo testimonio de alguien a quien ella le hubiera contado del alegado maltrato?
- Viví 17 años con Marcela Luchetti (la madre de su hijo Tani) y 10 con Vilma Ibarra, y no hay un solo episodio de que yo las haya agredido.
El contacto de Yáñez con el Grupo Clarín es la periodista Sandra Borghi, quien en varios programas de las estaciones audiovisuales del grupo apareció dando fe de las fotos y las denuncias publicadas. También fue quien primero anunció el presunto documental. Además, afirma que hay más fotografías y filmaciones.
El viernes, el fiscal Rívolo solicitó que se sorteara la nueva causa, por violencia de género. Resultó insaculado (sí, en judiciales al sorteo le llaman así) Julián Ercolini. Comodoro Py no se rinde. El fiscal correspondiente es Ramiro González, pero Rívolo solicitó continuar en la causa. Faltaba menos. En cambio, el expresidente solicitó que pase al juzgado federal de San Isidro, cuando toda la práctica indica que debería instruirlo la justicia ordinaria.
Como diría Rep, continuará”.
El Cohete a la Luna