El 56,3 por ciento de los argentinos espera que los diputados nacionales rechacen el DNU 70/2023, tal como hicieron la semana pasada los senadores y el 71,6 afirma que su situación económica empeoró desde la asunción presidencial de Javier Milei.
Los datos mencionados surgen del último informe elaborado por la encuestadora Zuban Córdoba, en la edición de marzo de su ya tradicional “Domingo de Datos”. El título, en este caso, es “La economía en la era Milei” porque da cuenta tanto del derrumbe de las expectativas de la población, como del acelerado deterioro de las economías personales y familiares en apenas un trimestre.
El estudio fue realizado entre los días 7 y 9 de marzo pasado, sobre una base de 1500 casos en todo el país, con un margen de error de 2,5 puntos, con metodología Computer Assisted Web Interviewing (CAWI).
El 55,4 por ciento de los entrevistados cree que el país va en la dirección equivocada, frente al 42,4 que piensa lo contrario. Si estos números son alarmantes, apenas transcurrido un trimestre, lo más preocupante para el oficialismo debería ser la tendencia, que se invirtió respecto de diciembre pasado. Entonces, el 54,3 por ciento creía en el rumbo marcado por el libertario y el 43,5 descreía. La confianza cayó 12 puntos en este tiempo, a razón de 4 por mes. La desconfianza en el rumbo va de la mano con el deterioro de la propia situación.
El 70 por ciento afirma que ya no sabe qué gasto ajustar para llegar a fin de mes y el 53 por ciento teme perder su empleo, temor que era estadísticamente secundario durante la gestión pasada y cobra relevancia a medida que se profundiza la recesión.
A modo de ejemplo, este diario pudo saber que la construcción, uno de los motores de la economía doméstica, perdió en este tiempo 100 mil empleos directos y otros tantos indirectos. La deuda del Estado con las empresas del rubro, que facturaron por última vez en octubre, alcanza los 150 mil millones de pesos, de manera que las empresas se ven empujadas a incumplir obligaciones y trasladar ese quebranto a sus proveedores y resto de la cadena de valor.
El 71,6 de los consultados está de acuerdo con la afirmación “mi economía empeoró con Milei”. Pero si se pregunta a la inversa, frente a la afirmación “mi economía mejoró con Milei”, el desacuerdo trepa a 80 puntos.
Gobernadores versus presidente
La apuesta de Milei, de descargar la responsabilidad del ajuste sobre “la casta” que componen los gobernadores, en términos políticos y simbólicos, no parece estar funcionando.
“La mayor parte de los gobernadores tienen en sus provincias más imagen positiva que el presidente. Y nuestro último estudio muestra que la gente espera que sus gobernadores confronten con el presidente si el gobierno nacional intenta recortar sus recursos”, señala la consultora. En efecto, 61,8 por ciento afirma que su gobernador debe defender su provincia aunque tenga que enfrentar al Presidente frente a 35,9 que prefiere la inversa: ayudar aunque implique que la provincia pierda recursos.
El Presidente tiene ya 57 puntos de imagen negativa y tan solo 42 de positiva, lo que arroja un diferencial de menos 15. Cuando apenas había transcurrido un trimestre de sus respectivas gestiones, Alberto Fernández tenía 80 a su favor y Macri 60.
La desaprobación respecto de la gestión de gobierno tiene números calcados de la imagen del Presidente, 57 desaprueba y 42 aprueba, aunque en este caso las tendencias son menos marcadas. La aprobación estaba en 42,9 al inicio de la serie, en diciembre, y la desaprobación en 55. En sintonía con estos datos, de todos los funcionarios y dirigentes medidos, el de peor imagen es el ministro de Economía Luis Caputo, con 26 puntos de imagen positiva y 60 de negativa, y diferencial de -24.
Tampoco parece funcionar ya el recurso de “la pesada herencia”. Consultados sobre la mayor responsabilidad sobre la situación eonómica, casi el 52 por ciento culpa a Milei, contra el 46 que todavía se la adjudica a su antecesor.
¡Es la economía, estúpido!
“La economía es el tema central, el estudio demuestra el nivel de preocupación que genera en los argentinos”, afirma Gustavo Córdoba, uno de los autores del informe, en diálogo con Buenos Aires/12.
Córdoba entiende que, mientras la oposición acepte los temas y debates ideológicos que el Gobierno pone en agenda, pierde la oportunidad de sintonizar con la preocupación de las mayorías, que es de índole económica, incluyendo a los votantes del actual oficialismo.
Las salidas a comer afuera junto al cine y los recitales aparecen como los primeros gastos que la gente empezó a ajustar en los últimos meses. El esparcimiento y la recreación son los primeros que sufren en una crisis económica. ¿Qué va a pasar si la gente empieza a resignar el pago de sus cuentas o incluso su alimentación básica?”, plantea el informe, algo que en realidad ya empezó a ocurrir, según cifras de CAME y la cámara de supermercadistas.
“Los indicadores del humor social y la tolerancia al ajuste deberían ser igual o incluso más importantes que las celdas de un excel”, concluye. Para cualquier gobierno. El dolor se tolera hasta que se vuelve intolerable.
Página 12