Las Madres Cuidadoras de la cultura Qom, un grupo de mujeres indígenas de la localidad chaqueña de Pampa del Indio, acompañan a los niños de su comunidad en las aulas hace 33 años para garantizar la integración en el sistema educativo e iniciaron un camino de interculturalidad, compartiendo saberes y experiencias con el profesorado de Educación Inicial de la Universidad del Nacional del Nordeste (UNNE).
El trabajo de las Madres Cuidadoras comenzó en 1985, de manera espontánea, cuando 20 mujeres Qom comenzaron a reunirse y pensar qué hacer frente al aislamiento que vivían sus niñas y niños en las aulas por no hablar castellano.
“En un principio vimos que nuestros niños no podían entender a los roqshe (vocablo Qom para referirse a las personas blancas) porque su lengua materna era La’aqtac nombre de la lengua”, dice Aureliana González, una de las fundadoras del colectivo.
La primera tarea fue acompañar a las infancias indígenas en su educación, generando los puentes necesarios para que la lengua materna no se pierda e introduciendo la cultura Qom en las aulas.
Fue así como Aureliana, junto a Amancia y Juana Silvestri, Margarita Rojas, Emiliana Ramírez, Sofía Miranda, Lucía Peruano, Graciela Arenales, Benita López, Flora Núñez, Victoria Silvestre, Felipa Coduti, Estre Silvestre, Claudia Medina, Albina Ayala, Zulma Rodríguez, Lucía Medina y Graciela Díaz, comenzaron a crear materiales didácticos para las aulas de preescolar de Pampa del Indio.
Pampa del Indio,”el corazón indígena”
Esta localidad chaqueña, ubicada a 230 kilómetros de Resistencia, es conocida por ser uno de los “corazones indígenas” de la provincia, porque fue territorio ancestral y por el número de habitantes Qom que hoy registra; además, es uno de los tres pueblos originarios sobrevivientes, junto a los Moqoit y Wichi.
Allí funciona el Complejo L’qataxac Nam Qompi, el mayor centro de formación intercultural bilingüe del Chaco.
El proceso de colonización primero, y luego la urbanización de Pampa, confinaron a este pueblo cazador-recolector a la vida urbana y la adopción de religiosidades foráneas.
Por eso, las madres recurrieron a los ancianos de su comunidad, a quienes llaman “libros vivientes”, para recuperar los relatos, el nombre de animales, plantas, estaciones, lugares y todo lo que identificaban necesario para la recuperación de la cultura Qom.
De esta manera, el monte volvía a tener vida en el aula a través de relatos, canciones, juegos, juguetes hechos con materiales naturales, láminas y mapas que hablaban de ese mundo perdido para los Qom.
Con el paso del tiempo, el trabajo de las madres se complejizó: a la lucha por la integración de las infancias en el sistema educativo, se sumó la recuperación de la lengua para las nuevas generaciones.
“Los padres empezaron a decidir que sus hijos tenían que aprender primero el castellano y no el Qom, para no quedar atrasados en la escuela. Y todo se puso al revés”, recuerda Aureliana.
Sonia García, hija de Aureliana y auxiliar docente bilingüe de Nivel Inicial, sostiene que “nosotros somos indígenas y hoy no tenemos territorio. Aun así queremos que nuestros niños puedan conocer de dónde vienen y hacia dónde van, porque en su cultura va a estar su identidad. Entonces nuestro trabajo es para que tengan presente esta cultura, su lengua y su territorio”.
En 2007, las Madres Cuidadoras de la cultura Qom se relacionaron con un equipo docente del profesorado de Educación Inicial de la UNNE, a través del proyecto de investigación y extensión “Las prácticas de maternaje Qom y su aporte a la educación inicial en contextos sociales con pueblos originarios”, encabezado por la profesora y magister Sylvia Edith Sandoval.
En un ejercicio de interculturalidad respetuoso, este colectivo de mujeres comenzó a compartir sus experiencias de cuidado y acompañamiento educativo con el estudiantado de la carrera parvularia.
“Las madres adquirieron el rol de pedagogas naturales en los espacios de formación universitaria, enseñando pautas de su forma de vida”, remarca Sandoval.
Una batalla ganada
El intercambio tuvo sus frutos: los blancos conocieron cómo interviene en el aula un auxiliar bilingüe, se generaron cientos de materiales didácticos en Qom, aprendieron relatos que hablan de los héroes mitológicos del monte y el río y cómo hacer juguetes, como las Ñale, que son representaciones humanas hechas con huesos de animales y pelo de chaguar, planta existente en el Chaco Semiárido que usan las mujeres Qom para su vestimenta y carteras.
Quizás la enseñanza más importante está en lo que indica Sonia: “Los maestros y maestras roqshe tienen que desacelerar y cambiar el tono cuando tienen niños indígenas. Ellos son observadores y tienen otros tiempos para aprender y traducir eso en sus cabezas. No quiere decir que no aprendan, solo lo hacen en otros tiempos”.
Y añade: “Mi trabajo como auxiliar bilingüe es estar allí para ayudarlos, para traerles ese mundo que quizás perdieron, esas costumbres que están olvidadas y desde ahí ir aprendiendo. Los niños y niñas Qom aprenden pausado, con las canciones, los juegos y los relatos. Nuestro gran objetivo es que nuestro niño no pierda su lengua materna”.
La labor sociocomunitaria de las Madres Cuidadoras de la cultura Qom sigue creciendo.
En ese marco, participaron recientemente de las XV Jornada de Experiencias en Educación Intercultural Bilingüe con las Madres Cuidadoras de la Cultura Qom y XVII Taller de Etnojuegos “Territorio en la cultura – cultura en el territorio: prácticas en la enseñanza intercultural”, celebradas en esta casa de estudios por el cincuentenario de la carrera parvularia.
En estas jornadas presentaron el proyecto “Interculturalidad para la conservación: experiencia en el Parque Provincial Pampa del Indio”, una trabajo que permitió registrar especies arbóreas en la reserva natural y generar la señalética en castellano y Qom para 20 árboles.
Esta fue una actividad conjunta con los colectivos Mujeres de la Tierra y el Consejo Qompi de Pampa del Indio, donde intervino la estudiante de Educación Inicial, Romina Medeyro y la Subsecretaría de Ambiente y Biodiversidad del Chaco. También fue una oportunidad para recuperar la espiritualidad originaria: Juana Silvestre, madre cuidadora y agente sanitario bilingüe, destacó que “este territorio fue el que caminaron nuestros abuelos y abuelas, por eso también fue una oportunidad para conectar con el monte, pedir permiso a los espíritus guardianes y hablar con nuestro Dios”.
Los pueblos indígenas del Chaco son un contenido obligatorio en el diseño curricular del sistema educativo desde 2010, por la Ley de Educación Provincial Nº 6691/10. Ese mismo año, se oficializaron las lenguas Qom, Moqoit y Wichi, a través de la legislación Nº 6604.
Asignaturas pendientes
Sin embargo, el mundo indígena todavía es lejano para el habitante blanco: una encuesta, realizada en el marco de este proyecto de la práctica de maternaje de las Madres Cuidadoras, reveló que sólo tres jardines de los 18 consultados incluyen contenidos de educación intercultural bilingüe en su planificación.
“Entonces nos planteamos qué es lo que sucede. Es importante que el mundo occidental recupere esos saberes que nos comparten las Madres Cuidadoras de la cultura Qom, ese vínculo con la naturaleza, que tiene un ritmo, un color diferente y sigue latiendo”, sostiene la profesora Sandoval.
“Para nosotros es importante recuperar la memoria de nuestro pueblo, de nuestros ancianos. Trabajamos sobre nuestra cultura, porque cada cultura es importante. Y también trabajamos por la interculturalidad, porque para mí también es importante poder entendernos”, finaliza Aureliana.
Télam