Por Pedro Cáceres*
El titular de la cartera económica, con una demora de dos horas, anunció un brutal ajuste, no a la “casta política”, sino a todos los habitantes de la Argentina.
En la primera parte del mensaje que duró veintidós minutos, detalló la “peor herencia recibida en la historia”, enumeró un panorama catastrófico. Con un endeudamiento tremendo, que fue precisamente el propio ministro el que tomó en 2018, el más grande en la historia del FMI.
La mega devaluación fue del 118%, impresionante desde todo punto de vista y esto va a generar necesariamente, una inflación galopante.
Este ajuste con características de shock, debe tener más precisiones porque, por ejemplo, no dice a partir de cuando se suspenden los subsidios a la energía y al transporte.
En cuanto a la obra pública se suspenden y no habrá más licitaciones.
Solo van a continuar, la que haga el sector privado.
Otro de los anuncios es el de la reducción de las partidas especiales a las provincias, con lo cual se le obliga a los estados provinciales a desenvolverse solo con aportes de la coparticipación.
Por último Luis Caputo, que se sinceró admitiendo que en los próximos meses vamos a estar peor, anunció duplicar la AUH y aumentar 50% la Tarjeta Alimentar.
Las primeras medidas del flamante gobierno de Javier Milei, demuestran una improvisación nunca antes vista. Y todavía falta el paquete de proyectos que debe tratar el Congreso de la Nación.
Está clarísimo, que el ajuste está dirigido a toda la población argentina. En ningún momento habló de salarios, ni de jubilaciones. Un ajuste brutal, ortodoxo, que por supuesto, ya fue aprobado por el Fondo Monetario Internacional, a través de un comunicado que anuncia, “contribuirán a equilibrar la economía “.
Esto ya lo vivimos en nuestro país y no nos fue bien, menos aún cuando los que festejan son los organismos internacionales.
Pedro Cáceres
(*) Director del Grupo Ciudad