A raíz de la creciente inseguridad y delincuencia, el presidente de Sise Argentina, Marcelo Freschi, dijo “cada vez tenemos más demanda de sistemas de cercos eléctricos, en lo perimetral, bajo normas de uso en las zonas urbanas, del sistema de cámaras y alarmas. Sobre todo de alarmas conectada a los cercos perimetrales, sobre todo ante el auge de estas situaciones que saltan un muro, entran a un patio y roban cualquier cosa que puedan robar”, y menciona como ejemplo el video que se viralizó de alguien que entró a robar en una casa y ahogó a un perrito.
Observando que “la delincuencia mantenía ciertos códigos. Hoy ya no importa si es en el barrio de uno, o en otro vecino. Esta es una época fuerte para nosotros, porque muchos se van de vacaciones y quieren proteger sus hogares. Y en marzo está el inicio del ciclo lectivo, y hay muchos comercios queriendo instalar el sistema de Sise. Más allá del accionar de la policía, que se ve en todos lados, la cosa está complicada”.
Estima que “lo bueno de los sistemas de seguridad, es que permiten fehacientemente conocer qué es lo que pasa en cada caso”, y agrega que “en los barrios estamos teniendo cada vez más consultas por sistemas de videovigilancia, donde se instalan distintas cámaras o cámaras-robot en distintas cuadras, y nuestros operadores desde el búnker de video ven el lugar las 24 horas del día. Si hay situaciones anormales o sospechosas, desde la Central de Monitoreo activan una sirena o hablan al lugar”.
Este sistema “también lo tenemos en varios edificios. Se activa el protocolo y se pasa la información al 911 y al grupo de whatsapp de los vecinos, suministrando datos sobre características de las personas, si se desplazan en moto o bicicleta u otro vehículo. La gente confía cada vez más en la cámara, porque está el registro”.
Luego establece que “lo que se busca es brindar las herramientas adecuadas para la prevención”, y que “estamos trabajando mucho no sólo en el Chaco, sino también en Corrientes, Córdoba, Santa Fe, con todo lo que es videovigilancia remota”.

Afirma que “el costo operativo de videovigilancia es más económico que el costo operativo de guardia las 24 horas. Algunas empresas están reorganizando la actividad de la vigilancia física, y complementan con el sistema de videovigilancia”.
Más adelante, Freschi aclara que “un cerco eléctrico perimetral puede ser para uso rural o para uso urbano. La diferencia que el rural es el que conocemos como boyero, que lleva un cable de dos alambres. En zona urbana, se instala una central homologada, que tiene ciertas normas. El primer cable es de acero –no alambre- arranca a una altura de 2,40 metros, por lo que la medianera tiene que tener 2,20 metros. De ahí van 5 cables de acero con resortes industriales que hacen una fuerza de 150 kilogramos, por lo cual si lo cortan automáticamente sale disparado y se activa el circuito de alarma, porque perdió la continuidad eléctrica”.
Hubo casos en que intentaron hacer masa o aislarlo con la pared, ante lo cual dice que “no es letal porque emite 50 impulsos que recorre todo el circuito y vuelve a la central. Si ese impulso llega dañado, o no llega, quiere decir que hay una situación de intrusos”, y aclara que “no detecta animales, y tampoco es letal para las personas”, concluye Freschi.