“La verdad de los jubilados es dolorosa. Vivimos reclamando, haciendo juicios, moviéndonos porque nuestro sueldo es mínimo”, contó Martina. “Siempre fue dura pero con la gran devaluación fue peor”, señaló.
Vargas se refirió a la obra social de los jubilados. “La obra social no nos cubre cosas. Los estudios y consultas. La mayoría nos cobra el plus y es bastante elevado más el gasto en medicamentos”, sostuvo. “A nosotros nos toca traginar por los remedios y la atención”, sumó.
La jubilada trabajó como docente en la ruralidad. En Herlitzka, Empedrado, paraje Sosa Cué y otros lugares. “Es triste después de tantos años pero es un batallar, no se resuelve de otra forma”, dijo.
La represión en Buenos Aires, a Martina, le causó “estupor”. “Vivimos escandalizados”, agregó.
El Litoral