En la actualidad, 544.000 personas se encuentran refugiadas en las instalaciones de la agencia en el enclave que tiene en total unos 2,4 millones de habitantes, privados de agua, electricidad y combustible por el asedio israelí.
“Han llegado a nuestras instalaciones de la ONU en busca de seguridad y protección”, ha declarado el comisionado general de la Unrwa, Philippe Lazzarini.
En las localidades de Jan Yunis y Rafah, en el sur del enclave, “los refugios están masificados” y muchos se alojaron “en edificios de Unrwa que no fueron construidos para ser refugios donde las condiciones de vida son simplemente insostenibles”, añadió el directivo.
En total, en torno a 1,4 millones de palestinos fueron desplazados a causa de los bombardeos de Israel contra el enclave, de acuerdo con la última evaluación de la agencia de la ONU citada por la agencia de noticias Europa Press.
El organismo también denunció hoy la muerte de otro de sus trabajadores en los últimos bombardeos, con lo que asciende a 17 el total de miembros de la agencia fallecidos desde el estallido de la guerra el 7 de octubre pasado tras la incursión de Hamas contra territorio israelí.
“Estamos devastados al recibir continuos informes de civiles asesinados en Gaza, incluso de Unrwa. Hasta la fecha, se ha confirmado la muerte de 17 de nuestros compañeros en esta cruel guerra. Lamentablemente, es probable que las cifras reales sean mayores. Algunos miembros de nuestro personal fueron asesinados con sus familias mientras dormían en sus camas en sus casas”, indicó Lazzarini.
“Insisto en que desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, la Unrwa ha facilitado regularmente a todas las partes implicadas la geolocalización de todas sus infraestructuras en la Franja de Gaza. Aun así, al menos 35 edificios fueron alcanzados, algunos por bombardeos directos”, lamentó.
El Ejército de Israel reclamó a la población del enclave palestino que evacuara la zona norte de la Franja de Gaza para intensificar su campaña de bombardeos contra Hamas, una exigencia criticada por la ONU y diversas ONGs ante la enorme dificultad para llevar a cabo estos traslados entre los ataques aéreos, lo que se suma a la imposibilidad de trasladar a heridos y enfermos, entre otros.
Télam