En la Cumbre de Jefes de Estado, los presidentes de la Argentina y Brasil, Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva, cruzan visiones opuestas sobre la integración regional. Mientras Milei propone una flexibilización radical para negociar tratados de libre comercio de forma individual, Lula defiende la unidad del bloque, en un contexto donde las diferencias ideológicas e intereses económicos se hacen insoslayables, a lo que se suma una negociación clave con Europa.
La LXV Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC) finaliza este viernes con la transferencia de la presidencia pro tempore de Uruguay a la Argentina. Milei propone permitir negociaciones comerciales independientes, lo que amenaza con alterar la estructura tradicional del Mercosur, consolidada desde su creación en 1991.
La visión de Milei se alinea con su ideología de extrema apertura económica. Desde su asunción, el mandatario ha impulsado reformas en diversos frentes con el declamado propósito de insertar a la Argentina en el comercio global, argumentando que el actual esquema del Mercosur no es más que un “corsé” que limita el crecimiento.
El Presidente propone tratados de libre comercio (TLC) bilaterales como el camino más eficiente para integrar a la Argentina en mercados estratégicos como los de Estados Unidos y China. Sin embargo, este enfoque enfrenta obstáculos significativos, incluidos el proteccionismo estadounidense y la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones con el gigante asiático, especialmente con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Lula da Silva se opone firmemente a esta estrategia. Desde su perspectiva, el Mercosur debe fortalecerse como un bloque cohesionado para negociar con mayor poder en la arena internacional. Esta postura ha sido sostenida históricamente por Brasil, que considera la unidad regional un pilar clave para enfrentar desafíos globales, como el cambio climático y el proteccionismo de las economías más desarrolladas. Para Lula, flexibilizar las reglas del Mercosur significaría debilitar su influencia conjunta y aumentar las asimetrías dentro del bloque.
Pero no todos los miembros del Mercosur comparten la visión de Lula. Uruguay, bajo el liderazgo saliente de Luis Lacalle Pou, ha abogado durante años por la flexibilización de las normas del bloque, una postura que se espera continúe con el próximo presidente, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, que en ese país representa a la centroizquierda.
Paraguay también apoya una mayor apertura comercial, aunque con menor énfasis en los acuerdos bilaterales. En este contexto, el Mercosur parece dividido entre dos grandes fuerzas: quienes buscan preservar el modelo actual y quienes aspiran a renovarlo para enfrentar las dinámicas globales.
Además del enfrentamiento entre Milei y Lula, la cumbre tiene otro punto clave: la negociación final del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Este tratado, que lleva años en discusión, podría ser aprobado próximamente tras la resolución de temas como los plazos de transición para liberalizar el comercio de vehículos eléctricos y las compras gubernamentales. Tanto Milei como Lula coinciden en la importancia de cerrar este acuerdo, que abriría nuevos mercados para las exportaciones sudamericanas. Sin embargo, su implementación sigue dependiendo de la ratificación de los parlamentos de los países involucrados.
En paralelo, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, reforzó esta semana la necesidad de flexibilizar el Mercosur para permitir que los países avancen en acuerdos bilaterales mientras el bloque sigue trabajando en conjunto en negociaciones como la de la Unión Europea. Según Caputo, esta estrategia permitiría a la Argentina aprovechar mejor las oportunidades comerciales y consolidar su apertura económica, un objetivo clave para el gobierno de Milei.
Caputo participó este jueves de la Reunión de Ministros de Economía, Hacienda y Presidentes de Bancos Centrales de Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados, junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
Según informó el Ministerio de Economía, en ese marco, el titular de la cartera debatió junto a sus pares de la región y presidentes de Bancos Centrales sobre la coyuntura económica del Mercosur. “Caputo insistió en la necesidad de flexibilizar el bloque comercial para habilitar acuerdos bilaterales que dinamicen el comercio”, señaló el comunicado.
El ministro “remarcó la importancia de pensar un Mercosur flexible que permita que, mientras se avanza como bloque en algunas instancias como en el acuerdo con la Unión Europea, se habilite a los países miembros a avanzar individualmente en negociaciones que los beneficien y los permitan comerciar y crecer”.
En relación con el acuerdo Mercosur-UE, el canciller de Uruguay, Omar Paganini, brindó una conferencia de prensa y destacó que “se han pronunciado todos los países a favor del acuerdo que se llegó con la Unión Europea”, de libre comercio.
En ese sentido, Paganini destacó la presencia en Uruguay de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, quien arribó en esta jornada a Montevideo. “Mañana (por este viernes) va a haber una reunión de los líderes y se cerraría el proceso de negociación”, dijo el funcionario uruguayo.
Contó, además, que la Argentina manifestó su acuerdo con el tratado y por otro lado habló de un reclamo “que Uruguay también comparte” y que es “independiente”: la negociación con más flexibilidad de acuerdos con terceras partes.
El Diario AR/NA/EFE