El jefe de la Inteligencia del Ejército israelí, Aharon Haliva, se convirtió este lunes en el primer alto cargo de las fuerzas armadas en dimitir por los errores que permitieron el ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó unos 1.200 muertos y 253 secuestrados en Israel.
“La Dirección de Inteligencia, bajo mis órdenes, no llevó a cabo su labor”, dijo el responsable en una carta dirigida al jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, y compartida por el Ejército.
El jefe de la Inteligencia militar se encontraba de vacaciones el 7 de octubre y, según publicaron medios israelíes, no estuvo localizable por teléfono cuando el Ejército empezó a notar señales de que podría haber un ataque desde la Franja de Gaza.
“He cargado con ese día negro desde entonces, cada día, cada noche. Siempre cargaré con el dolor terrible de la guerra”, aseguró el responsable en su misiva.
Un historial de servicio al Ejército
En un mensaje, el Ejército israelí aseguró que Halevi agradeció a Haliva sus 38 años de servicio, “durante los cuales contribuyó significativamente a la seguridad del Estado de Israel tanto como soldado como comandante”.
El jefe de la Inteligencia militar seguirá en su puesto hasta que el Ejército designe a su reemplazo.
Haliva no es el único alto cargo israelí que ha admitido responsabilidad por los ataques de Hamás, a los que siguió una ofensiva israelí en Gaza que ya dura más de seis meses.
El jefe de la agencia de inteligencia interior israelí, el Shin Bet, y el propio Herzi Halevi han dicho que comparten responsabilidad por lo sucedido y se espera que ambos dimitan una vez se estabilice “la situación de seguridad”, según recoge hoy el medio israelí The Times of Israel.
El Ejército israelí inició una investigación interna a finales de febrero sobre el ataque de Hamás, cuyas conclusiones se espera que sean presentadas a principios de junio.
El País