Con la votación de la ley Bases, la UCR expondrá, una vez más, las distintas construcciones políticas que germinan en su interior. Una batalla que va desde el levantamiento de las banderas históricas del partido hasta la posibilidad de generar, a futuro, una alianza electoral con la extrema derecha en el país.
En el Senado, Martín Lousteau es el que expresa la intención boina blanca de alejarse de la coalición entre La Libertad Avanza y el PRO mientras que, en Diputados, el exponente es Facundo Manes. El porteño, en la Cámara Alta, dará quórum pero defenderá su propio dictamen.
En paralelo, en las calles, habrá dirigencia radical manifestándose contra la ley Bases. En principio, no será una convocatoria institucional, sino de algunas agrupaciones, como la Corriente de Opinión Nacional, cuyo referente es el histórico Federico Storani, la Fundación Arturo Illia, la Ricardo Rojas y la Sergio Karakachoff, además de otros dirigentes como Agustín Rombolá, ex presidente de la Juventud Radical CABA, que lo hará a título personal.
Institucionalmente, se hizo difícil convocar a alguno de los órganos radicales producto de las distintas visiones que conviven no sólo en el partido sino entre la dirigencia, la militancia y sus gobernadores.
Para evitar problemas, para eludir escraches, en principio no habría un llamado orgánico, pero sí presencia. Lousteau, y varios dirigentes históricos (y no tanto) que acompañan el rechazo a la ley, consideran que es necesario establecer un vínculo entre la conducción y las bases que no apoyan las iniciativas de Javier Milei y que ven en sus diputados, senadores y gobernadores una negociación que no los representa. A algunos les podrá llegar el mensaje de la calle.
El Destape