El Ministerio de Economía, que encabeza Sergio Massa, apura las obras de infraestructura para llegar con energía de Vaca Muerta al norte del país, y aspirar a transformarse en un proveedor regional mediante la exportación a países limítrofes. Esto le permitiría al país sustituir importaciones y generar divisas en un contexto de escasez de reservas, pero, además, los tiempos apremian debido a que el declino de Bolivia obliga a finalizar las obras para que no falte energía en el próximo invierno.
La inauguración del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner permitió sustituir importaciones por u$s 420 millones. Para el 2024, se espera que sean u$s 4.400 millones. Mientras que la finalización del Reversal del Norte permitirá un ahorro de u$s 1.600 millones, según fuentes oficiales, por lo que entre ambas iniciativas podría alcanzarse un ahorro de u$s 6.000 millones.
Tres ofertas
El viernes pasado, la empresa estatal Energía Argentina (ex Enarsa) realizó la apertura de ofertas para la Reversión del Gasoducto Norte, una obra complementaria al gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá llevar el gas de Vaca Muerta a siete provincias del centro y norte del país, que actualmente se abastecen de Bolivia.
Las 3 ofertas fueron de la estadounidense Pumpo INC y las locales BTU S.A, y Techint-Sacde, que ya participaron del gasoducto NK. Hacia adelante, Energía Argentina evalúa los antecedentes de las compañías, avanza con observaciones e impugnaciones, y luego quedará pendiente la apertura del segundo sobre, para cada uno de los 3 renglones en los que quedó dividido la obra. La adjudicación será en alrededor de 10 días, para firmar los contratos a mediados de octubre, antes de las elecciones.
La obra consiste en la construcción de un nuevo ducto entre las localidades de Tío Pujio y La Carlota, en la provincia de Córdoba, de 122 km de extensión, 2 loops (ampliaciones) de 62 km junto a la traza del Gasoducto Norte, y en la reversión del sentido de inyección del gas en 4 plantas compresoras existentes en Córdoba, Santiago del Estero y Salta.
El costo de la obra será de u$s 710 millones, de los cuales u$s 540 millones serán financiados por un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF) y el resto con fondos de Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista.
Por un lado, el gas de Vaca Muerta es más económico: el precio de venta de oferta local de gas inyectado es de u$s 3,10, mientras que el precio de importación de gas natural es de u$s 12, por millón de BTU (la unidad de medida), según el monitor de subsidios energéticos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
Pero más allá del precio, el presidente de Bolivia, Luis Arce, anunció el mes pasado que por el declino de producción de Bolivia, no pueden garantizar el abastecimiento en firme a partir de 2024, pese a que el contrato con ese país es hasta el 2026. La aspiración de Economía es a terminar con esta obra en mayo del año que viene, para llegar al invierno.
El objetivo final es utilizar esta red de infraestructura para “regionalizar” Vaca Muerta, y pensar en exportar hacia el norte de Chile, el centro de Brasil y a Bolivia. Sin embargo, esa negociación tripartita hoy es un tema “sensible”, admiten fuentes del sector empresario y desde el Gobierno. “Bolivia está dispuesto a firmar por 10 años, pero quieren un contrato muy caro para recuperar su declino, esperemos que avancen las tratativas con precios más razonables”, contó una alta fuente del Palacio de Hacienda.
Llamado a licitación
En su paso por Vaca Muerta, Massa anunció la semana pasada que este lunes iba a realizarse el llamado a licitación para el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner. Sin embargo, según pudo saber Ámbito, todavía no está listo, pero se prevé que sea en los próximos días.
Es que el objetivo del Gobierno es que la construcción pueda finalizarse en julio del 2024. La obra consiste en un ducto de 526 kilómetros desde Salliqueló, provincia de Buenos Aires, hasta San Jerónimo, en Santa Fe. El objetivo final es proyectar exportaciones al sur de Brasil, a través de Uruguayana.
La licitación se hará en dos etapas, primero para el suministro de caños y luego para la obra civil, al igual que la etapa I. La gran diferencia será el financiamiento, que esta vez no será del Tesoro, sino del sector privado, con un costo estimado en u$s 3200 millones. Según fuentes oficiales, hay tres privados interesados: Techint, con financiamiento del banco brasileño BNDES, el fondo soberano de Arabia Saudita, y la constructora Must Tec, del dueño del Inter de Miami, con financiamiento de Estados Unidos.