El fin del kirchnerismo en el Gobierno tiene consecuencias: la jueza Ana María Figueroa presentó sus papeles ante la Anses para jubilarse como magistrada de la Cámara Federal de Casación Penal, con lo que llega a su fin la larga novela sobre su continuidad o alejamiento definitivo del tribunal, al haber cumplido 75 años, la edad límite para mantenerse en esa función.
La magistrada, afín al kirchnerismo y que con sus sentencias defendió la posición de Cristina Kirchner en las causas por corrupción en las que le tocó intervenir, pidió en el Consejo de la Magistratura una certificación de sus servicios para presentarla ante las autoridades previsionales y, de ese modo, iniciar su trámite jubilatorio.
Figueroa dejó de cobrar su sueldo como camarista el 1 de septiembre pasado y, desde entonces, no percibe ninguna remuneración del Poder Judicial. Ahora debería percibir la liquidación final de su salario con vacaciones, aguinaldo y licencias que no se tomó, y empezar a cobrar la jubilación.
Junto con el caso de la jueza Figueroa concluyó otro similar: el del camarista laboral Gregorio Corach, quien aspiraba a quedarse mas allá de los 75 años, con un amparo. Pero el Consejo de la Magistratura pidió que deje el cargo por tratarse de una situación similar a la de Figueroa. Y finalmente el juez renunció, a partir del 1 de diciembre.
Figueroa cumplió 75 años el 9 de agosto, el límite de edad para que los jueces permanezcan el cargo según la Constitución. Para continuar por cinco años más deben pedir al Poder Ejecutivo que vuelva a enviar su pliego al Senado para conseguir un nuevo acuerdo. El kirchnerismo le dio cabida al pedido de Figueroa y Alberto Fernández solicitó un nuevo acuerdo.
La Nación