Elizabet Loxo’iche González, la primera funcionaria judicial indígena de Chaco, nació y se crío en una comunidad qom donde sólo habló “qom l’aqtac”, su lengua materna, hasta que ingresó a la escuela primaria, y a los 11 años por primera vez ofició de intérprete cuando acompañó a su tía a realizar una denuncia en una comisaría.
Loxo’iche es su nombre en lengua qom l’aqtac que significa “mujer visionaria”. En la actualidad es la coordinadora integral de las Actividades Judiciales con los Pueblos Indígenas, que tiene como objetivo facilitar el acceso a la justicia de los integrantes de las naciones originarias qom, wichi y moqoit.
En 1990 ingresó como empleada al Instituto del Aborigen Chaqueño (Idach) por pedido y mandato de los abuelos y autoridades indígenas y en 2005 fue elegida como la primera mujer directora de ese organismo, gestión en la que creó la Secretaría de la Mujer dentro de esa institución.
En 2014 fue adscripta al Poder Judicial chaqueño y en 2017 concursó y ganó su actual cargo, convirtiéndose así en la primera mujer indígena funcionaria judicial, aunque su historia como lideresa comenzó mucho antes, cuando era niña.
“Me críe en comunidad hablando mi lengua materna, el qom l’aqtac. Con el tiempo fui aprendiendo el castellano y me di cuenta de que era una gran herramienta para comunicarnos con las instituciones del Estado donde no se hablaba en ninguna de las lenguas indígenas”, contó a Télam Loxo’iche, quien nació hace 55 años en la localidad chaqueña de Pampa del Indio.
A los 7 años ingresó a la escuela primaria, donde aprendió a hablar castellano y a los 11 ofició como traductora de su tía que debió realizar una denuncia policial.
“Acompañé a mi tía hasta la comisaría sin autorización de mi padre y, a partir de ahí, siempre lo hice si alguien tenía que hacer alguna denuncia o trámite”, dijo.
Elizabet aseguró que “a esa edad” comenzó “a tomar conciencia de la militancia indígena” y añadió: “Mi padre nos decía que nadie tenía que silenciar nuestras voces ni taparnos la boca”.
Recordó que su padre les contaba “el horror que se había vivido con la Masacre de Napalpí (1924) y otras persecuciones”
“Siempre recalcó que no tenemos que callarnos y que nadie tiene que callarnos como nación”, afirmó.
Sobre su trayectoria como un puente de comunicación entre ambas culturas, relató que también ofició como “traductora en temas de salud, donde trabajaba con un doctor y una enfermera universitaria que atendían a hermanos enfermos con tuberculosis”.
La funcionaria señaló que “desde muy chica” comenzó a acompañar a uno de sus abuelos -que fue un gran líder- “cuando había personas de nuestra comunidad detenidas en la comisaría”.
“De esa manera fui aprendiendo cómo actuar ante las detenciones policiales y detecté la necesidad de conocer nuestros derechos para defendernos ante los atropellos y detenciones que realizaba la policía”, subrayó sobre sus primeros pasos en una comunidad en la que las mujeres “van a cazar y a pescar”.
Hace 10 años, Elizabet fue convocada por el femicidio de una joven qom de 15 años que fue violada, asesinada y atada a un árbol en la localidad chaqueña de Quitilipi, lugar donde encontraron su cuerpo el 26 de julio de 2013.
“El femicidio de la joven coincidió con la desaparición de Ángeles Rawson. Si bien esta sentencia quedó invisibilizada, se determinó que fue un caso de femicidio con el agravante de haber sido víctima de odio racial por parte de los femicidas, que no son indígenas”, remarcó.
Elizabet actualmente estudia abogacía y forma parte del Consejo Provincial de Lenguas Indígenas; del Consejo Nativo de la Mujer Indígena del Chaco (Conamich); y del Consejo Nacional de la Mujer Indígena Argentina (Conami) que funciona dentro del Enlace Continental de las Américas, región Sur.
“Formo parte de varios espacios tanto dentro del Poder Judicial como en otros ámbitos donde seguimos haciendo talleres de capacitaciones con las y los jóvenes sobre el derecho sexual reproductivo y, también, acompañando a las hermanas travesti trans indígenas”, contó.
Resaltó que “mientras en el país se habla de la participación y del cupo laboral trans, ese derecho no llega a nuestras hermanas indígenas travesti trans, y en muchos casos se ve más fuerte la discriminación contra ellas”.
“Estamos próximos al llamado de tres concursos que van a tener la calidad de auxiliar administrativo, a través de un programa que cuenta con aval de las comunidades para garantizar que las personas que vayan a ingresar cumplan con todas las cualidades requeridas”, detalló.
Indicó además que están trabajando en el armado de un Jurado Indígena y, en ese sentido, señaló que “hay que terminar de consultar a las comunidades si están de acuerdo con su implementación”.
“En Chaco ya hay un Jurado Popular, pero falta el indígena”, concluyó.
Télam