Hace 230 años, el 8 de noviembre de 1793, el Museo del Louvre de París se convirtió en el primer museo de obras de acceso abierto del mundo. Desde el día de su inauguración, se convirtió en una de las salas de exposición artística más consagradas e importantes del globo: un refugio de las creaciones más bellas y emblemáticas del ser humano
El Louvre es una antigua residencia real que ha terminado transformándose en el mayor museo del mundo con el paso del tiempo. Pasear por él es como viajar a lo largo de casi 10.000 años de historia. El palacio se divide en tres alas: Richelieu, Sully y Denon”, dice la propia web del museo.
El Louvre cuenta con una colección expuesta de 35.000 piezas y otras 380.000 guardadas en sus bodegas privadas, la gran mayoría son obras anteriores a 1948.
La riqueza patrimonial del Museo se conserva en un magistral conjunto de edificios, que sostiene la argumentación de su popularidad y defiende la consideración de ser “el más grande del mundo”. Su superficie es de más de 7000 metros cuadrados.
Además de ser una mega arquitectónica excepcional, es un monumento testigo de la historia de Francia: está atravesado por la revolución francesa, por el imperio napoleónico, por la Segunda Guerra Mundial, por la pandemia del covid.
En 1682 Luis XIV trasladó su corte a Versalles y el Louvre dejó de ser una residencia real. Los artistas e intelectuales, entonces, exigieron que la colección de arte se pusiera a disposición de todos los habitantes de la ciudad. Debieron esperar más de un siglo y una revolución: el 10 de agosto de 1793 el Gobierno Revolucionario abrió el Musée Central des Arts en la Grande Galerie del Louvre.
Su apertura significó, en 1793, un cambio de cosmovisión en la historia de los museos: el traspaso de las colecciones privadas de las clases altas, la monarquía, la iglesia y la aristocracia, a galerías de propiedad pública para que pueda ser admirada por la sociedad en su conjunto.
El museo era una parte del palacio real encargado por Francisco I en 1546 para que se convirtiera en su residencia y para que allí se albergara su vasta colección de obras de arte. Pero el rey -un galán, también mujeriego, mecenas del arte y también un guerrero imponente- falleció al año siguiente. Nunca pudo ver concluido el palacio que construyó el arquitecto Pierre Lescot.
Con 7.726.321 visitantes encabeza la lista de los museos más visitados del mundo: supera en 2,5 millones a los Museos Vaticanos y en 3,6 millones al British Museum, el segundo y tercer puesto del informe de los 100 museos principales del mundo que cada año elabora la revista especializada The Newspaper.
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