Detzel, “el Messi de la sandía”, nació y creció en esa localidade ubicada en las puertas de El Impenetrable chaqueño. Desde niño ayudó a su padre en la producción de sandías y, con el tiempo, convirtió esa pasión en un fructífero negocio. ”Fue ese frenesí por la horticultura lo que lo llevó a escribirle al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, para pedirle que hiciera algo por los empaques para las frutas de gran tamaño como las sandías, que entorpecían la comercialización y exportación a los países vecinos”, señaló el diario La Nación.
Ahora, tras la publicación de la resolución 21/25 en el Boletín Oficial, el Gobierno nacional simplificó el marco normativo general para el acondicionamiento y empaque de frutas, hortalizas, aromáticas, hongos, algas y semillas comestibles.
“En todas partes del mundo se carga a granel y no en bolsas”, aclara Detzel, quien el año pasado decidió enviarle un mail a Sturzenegger, aprovechando que el ministro “abrió” su bandeja de correos para recibir información de regulaciones que entorpecen el comercio y la economía nacional.
“Le escribí y fue muy grata sorpresa cuando él leyó mi mail y me nombró en el programa de José Del Rio – en LN+ -. Habían pasado 72 horas. Básicamente, le comenté que nosotros como productores de sandía teníamos la posibilidad de exportar a Paraguay y Uruguay, que entre 2018 y 2019 hicimos historia al exportar cinco equipos de sandías a Paraguay, y que perdimos las ventas: se fueron los compradores cuando descubrieron que existían regulaciones del Senasa y Aduana que nos entorpecían el proceso”, agregó el productor.
De hecho, la resolución que se conoció este lunes destaca que la finalidad del Gobierno es “facilitar su integración y permitir una planificación permanente de capacitación, que oriente y fije lineamientos sobre infraestructura, manejo y acondicionamiento, respetando los principios de inocuidad”.
Detzel remarcó que una de las regulaciones que les exigían en los organismos, por ejemplo, era que “para poder exportar las sandías a Paraguay era obligatorio embolsarlas, lo cual es ridículo”, ya que en el mundo se maneja a granel, es decir, sin estas virutas.
“Nuestro comprador de Asunción se negaba a embolsar. No quería la sandía embolsada, porque el producto se raya, se golpea o estropea. Así perdíamos de exportar y ampliar nuestros mercados. Un beneficio claro [la medida del Gobierno] para nosotros y para todos nuestros pequeños productores de la zona”, subrayó el productor. Tenía un costo adicional productivo de $1.000.000 por los empaques.
En efecto, en una entrevista que brindó el ministro Sturzenegger al canal porteño, contó que había leído un mail que decía: “Federico me ayudás con el empaque de las sandías, porque me hacen poner un packaging en las sandías y después no me compran. No puedo exportar porque me obligan a ponerle un packaging que del otro lado no lo aceptan”.
Ante la sorpresa por la situación, relató, se puso a leer en internet sobre “envase del Senasa” y le apareció una resolución de 1983, aún cuando todavía estaba la dictadura militar, “que tenían esas cosas de ordenar todo y te decía como tenías que hacer las cosas”. Así, el ministro comenzó a leer las regulaciones para las frutas y verduras, cuya reglamentación “tenía 100 páginas”.
“Comencé a leer y decía: ananá. El empaque de la ananá tiene que usar una viruta de 5 cm y si el ananá viene con brotes tiene que usar… A la segunda página me había estallado la cabeza. Entonces me pregunté: ¿cómo llegamos a esto?”, se planteó. El ministro acotó que esta desregulación tendría que “bajar los precios”.
Detzel aseguró que habían pasado solo 72 horas desde que envió su e-mail y la entrevista del Ministro en televisión. “De ahí nació la iniciativa de luchar por mis productores y por mi sector, desde ese día no paré, luché hasta llegar al ministro de Desregulación. Gracias a Dios, el Ministro se preocupó, trabajó y nos pudo resolver el problema. Así que en nombre de los 100 productores de sandías, zapallos y melones de la ciudad de Juan José Castelli, Chaco, estamos muy agradecidos, felices y contentos”, dijo.
La zona del norte de nuestra provincia, produce alrededor de 1000 hectáreas de estos cultivos y es idónea por estar ubicada en el norte argentino, alejada del frío y las heladas. Otras provincias de producción son Salta y Formosa, entre otras.
“Solo queremos trabajar libremente, salir adelante con nuestro trabajo y esfuerzo, y que el Estado se salga del medio y no nos ponga la pata en el cogote. Tenemos mucho potencial en nuestra economía regional, queremos aprovecharla y explotarla. Al país se lo saca con esfuerzo y con trabajo. Ese es el mensaje final que queremos dejar”, expresó el productor. Los padres de Detzel son Guillermo, de 72 años, y Ester, de 65, quienes toda la vida han vivido en el campo. De su “mi viejo”, como le dice, aprendió todo lo relacionado con la producción de sandias y la cría de hacienda.
“Desde pequeño le ayudaba a mi padre y me apasioné tanto, pero tanto por el cultivo de sandías que con el tiempo y, empezando muy de abajo, pude abrir un local. De a poco fui creciendo: hoy tengo mi negocio Sandías Castelli. Asisto a un grupo aproximado de 100 productores, con las semillas híbridas y todos los insumos necesarios que respecta a la producción y al cultivo de sandías, zapallos y melones”, narró. Por su conocimiento sobre estos cultivos, contó, en la zona lo consideran “el Messi de la sandía”, argentina. “Me apasioné tanto que estudié mucho sobre el cultivo y sobre el mejoramiento genético. Me transformé en el número uno”.
La Nación