El extitular del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), Mariano Garmendia, que dejó sus funciones con la llegada del gobierno de Javier Milei, firmó antes de dejar su cargo la resolución 1081/2023 a través de la cual se decide discontinuar la presencia del organismo en SPRINT, una iniciativa académica dirigida a medir la presencia de residuos de agroquímicos en el ambiente y las personas.
De acuerdo a la información que recoge el portal Bichos de campo, el 7 de diciembre, tres días antes de la asunción del líder libertario como mandatario, Garmendia firmó esa resolución del Consejo Directivo del INTA en la que establece comunicar a la coordinadora del proyecto SPRINT, la doctora Violette Geissen, “la decisión de la Argentina de abandonar ese colectivo de universidades y científicos europeos, que es financiado desde 2020 por la Unión Europea (UE)”, lo cual se hizo efectivo el pasado 12 de diciembre.
Ya en julio, el organismo había prohibido la difusión de los resultados de los estudios que llevó adelante una de las investigadoras del INTA Balcarce y del CONICET, Virginia Aparicio, quien realizó las primeras mediciones en el país siguiendo los protocolos del Programa SPRINT, en una tarea que comenzó en 2021.
En los argumentos para la no difusión de las conclusiones que Aparicio consiguió tras sus estudios y mediciones en territorio argentino, el organismo consideró que “posiblemente algunos procedimientos respecto a los estudios que involucran a personas han excedido la incumbencia institucional”.
De acuerdo a “Bichos de campo”, “Aparicio, una investigadora acostumbrada a estas lides, de seguro aprovechó el resquicio o un descuido de sus superiores para intentar cubrir una faltante clara de la política nacional, donde no existen estadísticas claras sobre el uso de agroquímicos y mucho menos se realizan estudios sistémicos sobre el posible impacto que tienen sobre el ambiente y la salud de las personas”.
También a comienzos de octubre, en el marco del “Congreso de Alimentos de la Agricultura Familiar y Economía Social”, realizado en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, Garmendia impidió la difusión de los datos que surgieron de la investigación y sostuvo que había “un error inicial del INTA de cómo se abordó el proyecto, que estamos tratando de subsanar, porque tenemos que involucrar sí o sí a los Ministerios de Salud de la Nación, de la Provincia de Buenos aires, y tenemos que corregir y trabajarlo, en eso estamos en este momento”.
Qué es el proyecto SPRINT
El SPRINT (por las siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025) es un proyecto financiado por la Unión Europea que busca mapear y cuantificar la presencia de agroquímicos en el ambiente y en seres humanos, y estudiar por primera vez la sinergia de distintos plaguicidas, es decir, su acción conjunta. Cada veneno no solamente es dañino individualmente sino que en conjunto se puede potenciar su accionar nocivo para la salud socioambiental.
La finalidad del estudio es aportar información científica para políticas que buscan reducir el uso e impacto de los agroquímicos más peligrosos, con la meta de reducirlos en un 50 % hacia 2030. El Día Mundial de la Salud Socioambiental, 27 de septiembre, se realizó una conferencia virtual en la Cumbre Científica de la Asamblea de las Naciones Unidas, con los resultados más relevantes del equipo de investigadores europeos.
Expusieron Violette Geissen, Abdallah Alaoui, Daniel M. Figueiredo, Hans Mol, Maaike Gerritse, Fredya Debler, Dirk Goossens, Peter Fantke, Kayode Jeyede y Nelson Abrantes. El ingeniero Brian Longstaff Howard tradujo para el portal Ploff.net los puntos principales de esta charla.
Los investigadores explicaron la metodología y los principales resultados obtenidos en el marco de cada una de sus investigaciones, en las que cuantificaron y analizaron la presencia de residuos de agroquímicos en distintos ecosistemas y en personas en Europa y Argentina.
Entre los principales resultados y conclusiones de la Conferencia se destaca la presencia “omnipresente” de mezclas o mixturas de pesticidas (agroquímicos). Es decir, se encuentran en todos lados, en los ecosistemas y en humanos, y especialmente acumulados en el “polvo puertas adentro”.
Las muestras de polvo en la investigación de Figueiredo revelan una acumulación de hasta 120 pesticidas diferentes en el polvo a “puertas adentro” de casas cercanas a labores culturales convencionales, como así también casas cercanas a labores culturales orgánicas.
Se deduce que el ingreso de agroquímicos en nuestros cuerpos podría ser tanto vía dieta por los alimentos con rastros, como también a través del ambiente, principalmente por el polvo en suspensión.
Sin embargo, el riesgo real para los ecosistemas y humanos expuestos a estas mezclas en altos números de residuos de agroquímicos peligrosos no se toma en cuenta en las regulaciones actuales. Por eso, Geissen insistió en la necesidad de regulaciones para el Uso de Pesticidas que valúen, valoren, determinen el riesgo real, incluyendo indicadores sensibles que muestren lo que está pasando y detecten cambios pequeños ante variables que se quieran medir.
En el estudio de Figueiredo, se encontró que la exposición a agroquímicos como el glifosato y el AMPA (derivado del glifosato), fue considerablemente mayor cuando se la comparó con otros pesticidas medidos.
Por otro lado, en la exposición de Hans Mol sobre detección de agroquímicos en orina, sangre y heces, se mostró que las frecuencias son mucho mayores en Argentina y superan ampliamente a todos los países europeos estudiados.
Se ve la misma tendencia en la detección en materia fecal.
Respecto a los niveles de glifosato, en Argentina son significativamente superiores en comparación a los demás países.
Esto es especialmente preocupante porque la presencia de rastros de agroquímicos en el intestino provoca desbalances en el microbioma de este órgano, es decir, en la comunidad de microorganismos que lo protegen. Es un estudio que modela el impacto de agroquímicos específicos se observa un aumento en el “stress” celular, afectando el funcionamiento normal del intestino.
Los análisis de Debler y Groossens se concentraron tanto en las diferentes vías de transporte de los agroquímicos como en sistemas de modelado para estudiar la dispersión desde los puntos en que se aplican los pesticidas. Groossens señaló que el transporte a través del aire resultó mucho más alto de lo que esperaba, llegando hasta 40 km de distancia para períodos de suspensión a largo plazo.
Por último, otras investigaciones estudiaron el impacto en ecosistemas acuáticos, donde todas las especies analizadas mostraron un deterioro o deficiencia por estar expuestas a las mezclas de agroquímicos.
Una de las posibilidades planteadas por los científicos europeos para reducir el uso de agroquímicos es la de reducir las importaciones de productos que utilizan los agroquímicos más peligrosos para obligar a que los países exportadores cambien las prácticas productivas. En este sentido, lo que se discuta en los próximos días en la Unión Europea puede tener impacto en nuestro país.
Mientras tanto, cada vez más voces se levantan para denunciar las fumigaciones desmedidas y la exposición cada vez mayor a estos venenos. La evidencia de las consecuencias perjudiciales para la salud socioambiental no para de crecer, pero solo la organización y pelea desde abajo puede lograr romper con el consenso políticos de las principales fuerzas políticas para profundizar el agronegocio.
Con información de Bichos de Campo y La Izquierda Diario.
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