Tras el pedido de licencia, José Luis Espert solo y sin nadie que lo apoye. El juez federal de San Isidro, Lino Mirabelli, pidió a la Cámara autorización para avanzar con medidas de prueba. Fajaron el despacho. Pidió licencia hasta el fin del mandato.
El narcoescándalo que tiene como protagonista a José Luis Espert no le da respiro al Gobierno. Aunque el diputado envió su pedido de licencia minutos después de iniciada la sesión de este miércoles – en un intento por neutralizar a la oposición -, el avance judicial volvió a ponerlo en el centro de la escena.
El juez federal de San Isidro, Lino Mirabelli, pidió a la Cámara autorización para avanzar con medidas de prueba y repuso la discusión. Hasta los propios libertarios le soltaron la mano. La moción obtuvo 215 votos afirmativos y solo 3 abstenciones. Nadie defendió al economista, y el único gesto de piedad provino de un legislador de Encuentro Federal, que solicitó garantizar la integridad física y ambulatoria del diputado nacional.
En medio del acalorado debate, Carlos Castagnetto reclamó seriedad al cuerpo y advirtió que, mientras la Justicia pedía medidas de prueba contra Espert, había operarios “realizando reparaciones” en su despacho. Minutos después, personal de seguridad colocó fajas en las puertas de la oficina del libertario.
La moción para autorizar al juez, sin demasiadas vueltas, fue presentada por la diputada Mónica Frade, cuando los legisladores se empantanaban en una discusión de difícil resolución que ponía en riesgo la continuidad de la sesión.
No todos respaldaron la iniciativa de Frade. Fernando Carbajal, del bloque Democracia para Siempre, objetó: “No puedo autorizar algo cuyo contenido no conozco”, e insistió con la idea de una sesión secreta, tal como había solicitado su compañero de bancada Pablo Juliano. Tras una larga deliberación, se procedió a la votación y Espert sintió el peso del aislamiento político: 215 votos fueron a favor de autorizar las medidas del juez con solo tres abstenciones.
El pedido judicial descomprimió a un recinto unificado en su deseo de sacarse de encima el asunto Espert, aunque la paraoficialista Silvana Giudice del PRO buscó revancha y pidió que se tratara el desafuero del diputado Estrada, acusado de malversar fondos públicos en una campaña de fake news radicada en Salta. Desde el oficialismo ya habían dejado trascender que avanzarían contra Estrada como forma de neutralizar a la oposición.
Durante la discusión, Castagnetto denunció haber visto “gente en mameluco” en el despacho de Espert – lindero al suyo – y llamó al presidente de la Cámara a resguardar las oficinas. Inmediatamente después, se colocaron las fajas de clausura. La denuncia dejó entrever que hubo gente manipulando las pertenencias de Espert durante las últimas horas.
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