En septiembre pasado, después de haber descalificado durante años a China y de haber jurado y perjurado que “no haría negocios” con ese país por tratarse de un Estado comunista, el presidente Javier Milei calificó de “socio interesante” al gigante asiático. El flamante “socio interesante” del primer mandatario ya se quedó con un enorme negocio: la impresión de los billetes argentinos.
Con Ciccone fuera del camino, la China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPMC) se adjudicó la impresión de billetes de $20.000 para Argentina. La compañía china superó ampliamente a sus competidores internacionales, como la Casa de Moneda de Brasil y la estadounidense Crane, gracias a una oferta significativamente más baja.
Esta decisión, que se enmarca en la búsqueda de economizar recursos por parte del gobierno argentino, generó cierta polémica. La adjudicación directa a la empresa china, sin licitación pública en el segundo contrato, es cuestionada por algunos sectores.
La competitividad de la oferta china, sumada a las dificultades financieras del país, llevaron a que otras empresas internacionales se retiren del mercado local. Algunos analistas señalan que esta situación podría generar una dependencia excesiva del país respecto a China en la producción de su moneda.
El vínculo entre Argentina y China se fortaleció en los últimos años, y este contrato es un claro ejemplo de esa relación. El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, priorizó el acercamiento a China en busca de inversiones y financiamiento.
Es importante destacar que la decisión de imprimir billetes de alta denominación es una medida controvertida, ya que algunos economistas advierten sobre los riesgos de fomentar la inflación y la informalidad en la economía. Sin embargo, el gobierno argentino justificó esta medida como una respuesta a la creciente demanda de efectivo en un contexto de alta inflación.”
Fuente: NA