El titular de una financiera de Rosario utilizada por el narco peruano preso Julio Rodríguez Granthon para cambiar millones de pesos por dólares para el reaprovisionamiento de estupefacientes fue condenado este miércoles a siete años de prisión y se convirtió en el primer empresario de este rubro en ser sentenciado por tráfico de drogas en la provincia de Santa Fe, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Gustavo Pedro Shanahan (67), exdirectivo de Terminal Puerto Rosario (TPR) y quien fue hallado culpable como “partícipe primario” del delito de “tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio”.
En la misma sentencia, “el Peruano” Rodríguez Granthon, un piloto civil ya condenado dos veces por narcotráfico, recibió una pena unificada con las anteriores de 21 años de cárcel, añadieron los informantes.
Para el Tribunal Oral Federal (TOF) 3 de Rosario, integrado por los jueces Eugenio Martínez Ferrero, Osvaldo Facciano y Mario Gambacorta, Shanahan operaba una financiera en el centro de esa ciudad en la que cambiaba dólares por pesos a una banda que vendía droga al menudeo.
Al dictar el veredicto, el tribunal también condenó a Rodríguez Granthon y a otros tres imputados, mientras absolvió al sospechoso restante por abstención de la acusación fiscal, precisaron a Télam fuentes judiciales.
La investigación la inició en abril de 2021 la Policía Federal Argentina (PFA), a partir de una información que daba cuenta que en una vivienda de Villa Banana, en el oeste de Rosario. se comercializaba drogas al menudeo.
El informante daba cuenta también de que era regenteada por dos hermanos de apellido Pérez, luego identificados como Facundo y Ubaldo, quienes no fueron a juicio porque permanecen prófugos.
Según el fiscal Federico Reynares Solari, Facundo Pérez era el nexo del Rodríguez Granthon con el resto de la banda que operaba extramuros.
Este piloto peruano, a su vez, está siendo juzgado además como partícipe necesario del crimen del exconcejal de Rosario y padre de una de las víctimas del triple crimen de militantes sociales, Eduardo Trasante.
De acuerdo a lo ventilado en el juicio oral, la vigilancia policial sobre el búnker de venta de drogas en Villa Banana permitió advertir que el dinero recaudado era llevado a un domicilio de calle Ovidio Lagos al 400.
La Policía Federal fotografío y filmó el lugar, y descubrió que desde allí trasladaban bolsos y mochilas a unas oficinas ubicadas en pleno centro de Rosario, en España y Rioja.
Ese sitio fue allanado en octubre de 2021 luego de que un policía de civil que realizaba seguimientos en Villa Banana fue baleado por un miembro de la banda de Rodríguez Granthon.
Los efectivos secuestraron en esas oficinas, donde funcionaba una “cueva” financiera de Shanahan, más de 30.000.000 de pesos.
En su alegato final, el fiscal Reynares enfatizó que en esta causa se siguió “la ruta del dinero, y eso es una novedad”.
“Las bandas que compran material estupefacientes no pueden ir con una tarjeta a comprar cocaína, necesita dólares”, sostuvo el fiscal y agregó que “la cocaína es un commodity, y los dólares son fundamentales para el giro comercial”.
“Queda absolutamente claro que Shanahan dirigía una cueva, no hay interrogantes sobre eso. Desde el aspecto objetivo comete una intermediación financiera no autorizada”, señaló.
Y añadió que “el aspecto subjetivo me permite determinar que el dinero que circulaba por sus oficinas provenía de una actividad narcocriminal”, algo que el financista no podía desconocer.
Para el fiscal, “toda la ganancia que se generaba en Villa Banana era viabilizada a la ‘cueva’ de calle España”.
Según escuchas que se reprodujeron durante el debate, entre Rodríguez Granthon y Pérez, el nexo del “Peruano” con la banda le indicó que en la financiera de Shanahan le cobraban un 2 por ciento de “recargo” sobre la cotización del dólar el día del cambio.
La fiscalía sospecha que ese recargo obedecía al conocimiento que en la “cueva” tenían del origen ilícito del dinero.
Entre otras pruebas, en la financiera de Shanahan la policía secuestró el día del allanamiento un bolso repleto de dinero que antes había filmado en poder de los miembros de la banda del “Peruano”, que entraban y salían de esa oficina céntrica de Rosario.
Además de Rodríguez Granthon y Shanahan, el TOF3 condenó a Alfonso Sebastián Sciortino como coautor de tráfico de estupefacientes a 6 años de prisión; a Juan Román González y Gustavo Báez Aguilar a tres años, ambos como partícipes secundarios del mismo delito.
Télam