Los tres tripulantes de una barcaza que llevaba 121 celulares de contrabando no lo sabían, pero prefectos que vigilaban ese sector del Río Paraná, habían detectado el cruce, desde la costa paraguaya, hacia territorio argentino. Ocurrió en las últimas horas, a la altura del kilómetro 1733, en Puerto Rico, una de las ciudades fronterizas de Misiones, donde la fuerza de seguridad realiza permanentes patrullajes.
Aunque no podían tener la certeza si los hombres llevaban mercadería ilegal, los agentes de la Prefectura Naval Argentina (PNA) que avistaron la embarcación imaginaron el escenario, debido a que la maniobra que estaba frente a sus ojos, es una modalidad usualmente utilizada en la zona por los autores del contrabando hormiga, quienes aprovechan la oscuridad de la noche. En consecuencia, los uniformados se alistaron para atraparlos.
En esa zona de densa vegetación y senderos que se pierden en el monte frente a la vecina ciudad de Puerto Triunfo, los agentes realizaron un minucioso rastrillaje. La inspección fue efectiva y, finalmente, los encontraron.
En un camino proveniente de la costa, lograron ver un vehículo con tres personas a bordo y varios bultos en su interior. Los interceptaron y constataron que dentro llevaban 121 teléfonos sin aval aduanero, con un aforo aproximado de 45 millones de pesos, indicaron fuentes del caso a Infobae.
El Juzgado Federal de Oberá, a cargo del Dr. Marcos Alejandro Gallandat Luzuriaga, Secretaría de la Dra. Elida Fabiana Ozuna, ordenó el secuestro de la mercadería. Además, los hombres involucrados quedaron supeditados a la causa, detallaron desde el Ministerio de Seguridad de la Nación.
El 31 de enero pasado, efectivos de la Prefectura Naval Argentina secuestraron un cargamento de peróxido de hidrógeno sin aval aduanero, valuado en 9 millones de pesos, que había sido ingresado al país por un paso no habilitado en la costa del Río Paraná, a la altura del kilómetro 1739.
Se trata de un producto de uso industrial (utilizado como agente oxidante y desinfectante), categorizado como mercancía peligrosa altamente comburente; que si bien no es inflamable, en contacto con materia orgánica o algunos metales, presenta riesgo de explosión.
En octubre del año pasado, se dio un caso similar en la Triple Frontera, donde una peluquera y exfuncionaria, identificada como Nilda Costa, fue detenida acusada de contrabandear alimentos desde Puerto Iguazú (Misiones) a Paraguay. El incesante paso en lanchas de orilla a orilla provocó, según los investigadores, provocó una suerte de desabastecimiento en la ciudad de las cataratas.
Costa y sus cómplices, según el expediente, también ingresaban al país artículos electrónicos y repuestos de autos. Incluso, llegaron a contrabandear enormes rollos de césped sintético para canchas de fútbol 5 que la PFA debió trasladar con una retroexcavadora.
Infobae