Maira Marisol Mansilla Cuadros se presenta ante el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) como la novia de Gabriel Carrizo, acusado como partícipe secundario en el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner. A medida que avanza su declaración ofrece distintas versiones sobre el comienzo de ese vínculo y sus características. El nombre de la joven había aparecido en la causa recién a comienzos de 2023 cuando el abogado de este imputado pidió por segunda vez que le concedieran la prisión domiciliaria y la investigación llevaba seis meses. Ella ofrecía su casa y ser garante, decía tener con él “una relación formal”. Mansilla Cuadros se convirtió este miércoles en la cuarta testigo señalada por la fiscalía y la querella por falso testimonio. No le creen que haya sido, al menos en aquel momento, pareja del dueño del negocio de los copos de azúcar. Sospechan que hay un relato armado. Los jueces no resolvieron todavía.
La testigo contó que Carrizo se instaló donde ella vivía en Escobar entre el 10 y el 14 de septiembre de ese año, es decir, hasta el día que quedó detenido. El jefe de los vendedores de copos había ido a Comodoro Py con anterioridad y ofreció su testimonio. También dejó su teléfono. Ahí aparecieron los mensajes que lo comprometieron, donde él mismo les decía a sus conocidos pos atentado: “recién intentamos matar a Cristina”, que Fernando Sabag Montiel –el hombre que intentó disparar– le parecía un héroe, que él le había dado un arma, que la tenía la novia Brenda Uliarte (que había huido) y que se encontrarían para ocultarla porque habían usado otra. Ante el intento fallido, aseguraba, no descartaba “terminar el trabajo”. Cuando fue a buscar su celular a tribunales, Carrizo quedó detenido. Mansilla dijo que supo esta noticia por el grupo de WhatsApp “Girosos”, que él había creado para organizar salidas y fiestas.
La testigo situó el inicio del noviazgo “formal” con Carrizo entre junio y agosto de 2022, aunque se conocían desde cinco años antes. Con el correr del tiempo se volvió imprecisa. Le mostraron mensajes de ese período que no parece una conversación de pareja. Ella le dice: “espero que no estés triste”; “el amor es complicado”; “yo por eso no tengo relaciones”; “las relaciones son complicadas, espero que tengas suerte en su búsqueda”. El responde: “no estoy apurado…”. Ella sigue: “No creo que encuentre a alguien con el perfil que busco”. En otros chats, a mediados de agosto, él le habla de relaciones con otras mujeres y se tratan de amigo y amiga. Mansilla argumentó en el juicio: “no habíamos formalizado todavía”. Pidió disculpas por no recordar bien las fechas. Alegó que se veían en un boliche, Arkham, y que ella era “muy popular” y él “orgulloso”, “nos estábamos conociendo”, “yo no me quería meter en una relación tan rápido”, “teníamos una relación abierta”.
Del relato enrevesado, no quedó claro ni cuántas veces se vieron ni dónde. El 3 de septiembre, dos días después del intento de asesinato de CFK, la mujer le escribió dirigiéndose a él como Nico (su primer nombre es Nicolás): “De mi parte está todo piola, por las dudas”. “Está bueno saberlo”, contestó él. “Le quise decir que yo sabía que él no tenía nada que ver con el atentado”, le quiso explicar al tribunal.
La amiga y el candidato libertario
La fiscalía le exhibió, cuando ya habían pasado cuatro horas de audiencia, un papel manuscrito que se halló en la casa donde había vivido Carrizo en Morón con datos sobre la causa del atentado y contactos. Ella dijo que no sabe quién lo escribió. El contenido es elocuente. “Datos necesarios”, comienza el texto y hace una lista que comienza con el usuario “@dominimpha”, que figura como “amiga”, y que no es otra que Mansilla Cuadros. El que sigue es el nombre Francisco Oneto a quien se menciona como “abogado”. Oneto fue candidato por La Libertada Avanza a vicegobernador bonaerense, abogado de abusadores y de Javier Milei. Este miércoles fue noticia porque renunció a la defensa de la vicegobernadora de Neuquén, Gloria Ruiz, implicada en una presunta defraudación. Al parecer habrían estado sus servicios a disposición, aunque el actual defensor es Gastón Marano (que había sido asesor del PRO en la Bicameral de Inteligencia). Luego hay una lista de “celulares raptados” con los nombres del grupo de los llamados “copitos”, “tentativa de homicidio agravada?” (sic), “indagado”, “defensor privado”, “declara mañana 9 am”. Lo que le interesaba mostrar a la fiscalía era que la testigo figuraba como amiga, pero el resto del escrito era llamativo.
Planteo de falso testimonio
Carrizo había fracasado en un primer pedido de domiciliaria y para insistir apareció Mansilla. A la querella de la entonces vicepresidenta –que integran Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira– le llamó la atención porque se presentaba como la novia, pero jamás había aparecido nada de ella en el expediente. En aquella declaración, a diferencia de la de este miércoles, afirmó: “No es ni fue nunca una relación pasajera”. Dijo que no hablaban de política, que ella no tenía acceso a sus estados de WhatsApp (donde publicó “el próximo sos vos Alberto”, que no tenía expresiones de ese tipo con ella, y que en los inicios los había unido el rock y el animé. Comentó que lo visita todas las semanas en la cárcel (primero estuvo en Ezeiza y luego en Marcos Paz). Recurrió al argumento que usan todos los conocidos de Carrizo de que tiene humor negro. “Lo visito cada semana”; “Hablamos y mucho más sabiendo que él hizo un chiste estúpido”, fue lo que comentó. Sobre el atentado dijo no saber nada.
Cuando terminó la declaración la fiscala Gabriela Baigún advirtió que la mujer “solo había aparecido para ofrecer el domicilio, sus diálogos con Carrizo no son de una pareja, la relación no existió, la misma testigo dijo que trabajaba todo el día (que vendía ropa) por ende no era un domicilio seguro” para una prisión domiciliaria. “Si ahora están en una relación, bienvenido por ellos”, y pidió que se “extraiga testimonio”, es decir, que se haga una denuncia por falso testimonio. “No sabía ni cuántos hijos tenía Carrizo”, exclamó Baigún. La querella se sumó al planteo, señaló “inconsistencias, incluso en las conversaciones posteriores al hecho”. Marano intentó retrucar con el argumento de que la habían citado para que aportara lo que supiera del hecho, pero había olvidado que había sido un pedido de la querella. El TOF6 postergó una decisión, pero la jueza Sabrina Namer dijo que podían hacer una denuncia si querían.
Desde que comenzaron las audiencias hubo dos denuncias concretadas por falso testimonio: una amiga de Carrizo, Lidia Alejandra Benítez, hasta fue detenida por sus contradicciones y si situación quedó a cargo de la jueza María Servini que le otorgó la libertad pero le prohibió salir del país; un primo policía de Brenda Uliarte, Martín Uliarte, quien había escrito en un papel que apareció en la casa de la chica “la regla de Tueller”, un protocolo para disparar, también fue denunciado por falso testimonio y tiene una causa abierta. De otro hombre, un conocido de Uliarte llamado David Robles que se hacía pasar por agente de la DEA, el tribunal no aceptó denunciarlo.
En esta última audiencia declaró también una expareja de Carrizo, Yaquelin Rina Murga, madre de uno de sus hijos, que dedicó buena parte de su declaración a señalar que no se había hecho cargo del niño. En instrucción había sido muy enfática en decir que en algún momento no muy lejano al atentado, él le dijo que tendría un gran negocio. El juicio, por lo que anunció Namer, durará unos cuantos meses más. Después de la feria se reanuda el 12 de febrero.
Página/12