Se conmemoró el viernes 13 de diciembre el 48º Aniversario de la Masacre de Margarita Belén, como se conoce a los hechos de tortura y posterior asesinato de un grupo de detenidos políticos en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco a unos 30 kilómetros de Resistencia, camino a Formosa.
Gómez destacó que en el tradicional acto realizado en el monumento ubicado sobre la Ruta Nacional Nº 11, participó “ todo el arco democrático, representantes de instituciones de la sociedad civil, todos liderados por la Comisión por la Memoria que durante años fue el organismo rector que organiza estas actividades”.
“Acompañamos todos con el objetivo de mantener viva la memoria, la verdad y la justicia como pilares que venimos sosteniendo, en un momento donde se hace más necesario que nunca un espacio de unidad entre todos los sectores de la sociedad civil y del Estado, que estamos convencidos que la profundización de la democracia, de los derechos humanos y la ampliación de estos derechos y libertades van a beneficiar a la comunidad”, expuso el titular del Comité.
Remarcó que la “importancia que reviste el hecho trágico de la Masacre de Margarita Belén es porque se da en el marco del Plan Cóndor que asoló a toda América Latina; fue un hecho planificado, pretendían meter miedo y terror a la población para que no exista una participación, organización popular y rechazo al modelo económico que estaban desarrollando”.
Sobre aquel 13 de diciembre de 1973 cuando ocurrieron los hechos, judicialmente demostrados, Gómez detalló que “días anteriores reservaron tumbas en el cementerio municipal San Francisco Solano, hubo excavaciones, sobrevolaron helicópteros por la zona con militares de aquel momento, algunos fallecieron otros fueron condenados en la causa; luego de eso, se produce el traslado de detenidos de Resistencia a Formosa, donde presuntamente un grupo comando pretende rescatarlos, pero fueron preparados, armados y los fusilaron”.
“En el presente es importante que lo sepamos porque así como lo hicieron, ahora recortan los derechos, achican los espacios de la democracia, algo que costó muchísimo recuperar. El gobierno de Alfonsín fue reconocido internacionalmente por la valentía de enjuiciar a las Juntas”, recordó.
Criminalización de la protesta
Gómez también se refirió a la participación dell Comité en la Asamblea Nacional y el Consejo Federal del Sistema de Prevención de la Tortura en Argentina: “Hemos trabajado con el alto comisionado de Naciones Unidas y un tema central fue el análsis del recorte de las libertades y derechos en el marco de nuestro país y, sobre todo, cómo se expresan con el derecho a la protesta, manifestaciones que reciben uan respuesta ilegal por parte del Estado”.
“Hay leyes vigentes que se están violando desde las fuerzas de seguridad, desde el discurso negacionistas de las cabezas del Estado, desde el presidente y la ministra Seguridad de la Nación, y nos parece muy grave porque hay un retroceso en la medida que no se cuestiona. El lenguaje no es inocente, siempre es comunicador ideológico”, planteó.
“Estos discursos de odio y negacionismo apuntan hacia sectores sociales a los que demonizan, los estigmatizan y esto ya ocurrió con la dictadura. Es el mismo modelo, pero en democracia, la construcción de ese otro que es el enemigo, con esa figura se justifica después el maltrato y la represión. Lo vemos en las cárceles y comisarías, quienes son los que pueblan esos lugares”, aseveró y remarcó la “importancia de manifestarse y visibilizar esto tiene que ver con mantener viva la memoria”.
Vejámenes en las cárceles
Consultado sobre el estado de las cárceles y las condiciones en las que cumplen sus condenas los internos, el presidente del Comité contra la Tortura reconoció que es una situación “muy compleja no solo por los vejámenes a los que son sometidas las personas detenidas”. “El que va a una Comisaría tiene muchas posibilidades de maltrato y vejámenes por el solo hecho de la estructura y las condiciones que cuentan nuestras comisarías”, afirmó y agregó que “es también muy complejo para la propia policía”.
“Los agentes policiales no tienen que hacer esa tarea; la policía está formada para prevenir el delito no para custodiar personas detenidas. Lamentablemente, las Comisarías y el sistema penitenciario están bastantes sobrecargados y en malas condiciones. No hay los suficientes calabozos para poner en resguardo a personas que tienen disputas con otros internos o que son maltratadas por el propio personal de seguridad o que tienen una dolencia de salud y requieren una atención especializada; no hay ningún tipo de estructura que pueda dar respuesta a eso”, cuestionó.
Además del análisis, Gómez aseguró que la problemática “forma parte de las discusiones permanentes con los distintos espacios institucionales del Estado provincial”. “Si bien vamos avanzando, es muy insuficiente porque esto hizo crisis hace muchos años; hoy somos la tercera provincia que tenemos mayor cantidad detenidos en comisarías que en cárceles. Es un problema de agenda de gobierno, que involucra no sólo al Poder Ejecutivo”, acotó.
A eso sumó el “abuso de las prisiones preventivas, ya que no se utilizan todas las medidas alternativas de detención, como pulseras, domiciliarias, etcétera; si bien son insuficientes, van descomprimiendo espacios en lugares donde hay mucho hacinamiento”.